Comentario de EL DÍA

Otra consecuencia de la colonización

El Día, 01-08-2008

NOS CONGRATULAMOS por las medidas que está adoptando el Gobierno de Canarias en el preocupante problema del desempleo. De forma concreta, nos parece muy acertado que acelere su plan de choque. No es admisible que un 16 por ciento de la población isleña con edad para trabajar esté actualmente en paro, y que de aquí a final de año el número de personas sin ocupación laboral pase de las 166.000 actuales a más de 200.000.

Sin embargo, nos permitimos recomendarle a Paulino Rivero y a sus consejeros que tomen directamente las medidas que consideren oportunas. Sobran las comisiones, los consejos generales de cualquier tipo, las mesas de trabajo, las juntas, los congresos y otras inutilidades que sólo sirven para perder el tiempo y para que cobren dietas quienes participan en ellas. Se nos ponen los pelos de punta cada vez que se convoca un cónclave de este tipo, pues de ellos jamás sale algo útil. Se lo repetimos, don Paulino: no pierda el tiempo y actúe directamente, porque la situación es muy grave.

Por otra parte, nos encontramos con otra circunstancia sangrante para estas Islas: mientras aquí padecemos un 16 por ciento de paro, en España sólo diez de cada cien trabajadores están sin empleo. Una consecuencia más de la colonización a que nos tiene sometida la metrópoli, lo cual nos impide actuar por nuestra cuenta. Canarias, como país formado por unas islas agrupadas en un archipiélago, tiene características físicas y sociales distintas a las de un territorio continental. Razón que invalida muchas de las medidas adoptadas por el Gobierno de España, quizá útiles para la Península pero inadecuadas o insuficientes en el caso de Canarias.

También convendría que, en estos momentos difíciles en cuanto al empleo, dijesen algo los que tan gratuitamente han acusado de xenófobos a quienes hemos dicho que el Archipiélago debía controlar el asiento de personas foráneas. Pedir que se regule la inmigración, para que no se produzca un exceso de mano de obra como el actual, no es caer en la xenofobia ni mucho menos en el racismo, como pretenden algunos; es, simplemente, comportarse con sensatez ante las limitadas posibilidades de unas Islas que, a su vez, cuentan con un territorio escaso.

Sin embargo, y pese a los errores cometidos en este aspecto, no queremos vincular el desempleo con la inmigración irregular. Son dos problemas graves que la Administración debe resolver con las medidas adecuadas para cada uno. El paro es consecuencia, en primer lugar, de una profunda crisis mundial. Frente a ella poco puede hacer un Gobierno autonómico, si bien ese “poco” debe hacerlo. Ante todo, insistimos, actuando sin complejos y con decisiones directas. Nos repugnan, eso también volvemos a decirlo, esas comisiones en las que se habla siempre de lo mismo, sin alcanzar jamás una conclusión clara. En cualquier caso, esta acción de intervenir directamente choca de manera frontal con nuestro principal problema: seguimos sin ser un país soberano, capaz de decidir por sí mismo.

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