La Generalitat ha encontrado una solución para que los presos extranjeros no solamente encuentren un trabajo adecuado, sino que además puedan desarrollarlo en su país. La fórmula consiste en formar laboralmente a un recluso mientras se le concede un crédito, que le servirá para crear un negocio en su país de origen mientras se encuentre preso.

Esta nueva fórmula, que logrará que presos de Ecuador, Colombia y Marruecos tengan un trabajo fuera de España nada más abandonar la penitenciaría, se hará realidad mediante el convenio piloto por el cual el departament de Justícia y Obra Social Caixa Catalunya acordaron ayer llevar a cabo hasta septiembre de 2009. «La fecha límite del año que viene será para firmar un nuevo convenio tras la experiencia piloto», auguró el presidente de la entidad, Narcís Serra, que se muestra optimista ante la experiencia.

La consellera de Justícia, Montserrat Tura, recordó que en Cataluña el 40,9% de los presos son extranjeros, y que en el futuro se ampliará el número de nacionalidades que se pueden acoger al plan. Aun así, no quiso reflejar qué dotación económica recibirá el convenio, ni qué número de reclusos se acogerán durante estos 14 meses. «En Caixa Catalunya no nos ponen límites en el total de créditos, al fin y al cabo se trata de enseñar un oficio y crear disciplina laboral». Las profesiones serán técnicas, como la fontanería o la mecánica.

Sin embargo, ambos organismos subrayaron que la medida no se trata de una subvención, sino que los créditos tendrán que ser retornados. Con el trabajo penitenciario se pagará parte del préstamo, afirman, e incluso se dará la posibilidad de que al recluso se le otorgue la libertad condicional en su país de origen con tal de que comience a desarrollar su profesión.