El secretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, Agostino Marchetto, pidió al Gobierno italiano que respete los derechos humanos de los inmigrantes. El llamamiento de Marchetto se produjo al día siguiente de que el Gobierno declarara el «estado de emergencia» en todo el país para afrontar la llegada de inmigrantes.

El prelado explicó que la declaración de emergencia «no tiene porqué ser una decisión negativa», ya que «puede servir para adoptar nuevas medidas que tengan en cuenta las necesidades, por ejemplo, de los inmigrantes que necesitan protección al llegar de países como Sudan, Somalia o Eritrea».

Asimismo, advirtió de que estas disposiciones de emergencia «tienen que respetar los derechos humanos de todos los trabajadores inmigrantes y de sus familias; las normas internacionales respecto a la concesión de refugiados; las peticiones de asilo; a los apátridas, como los gitanos, o las víctimas del tráfico de personas».

El Consejo de Ministros italiano declaró el viernes el estado de emergencia en todo el país – que hasta entonces estaba en vigor sólo en tres regiones – para afrontar el «excepcional» flujo de inmigrantes llegados al país en los últimos meses.

Comparecencia

La medida, según el Gobierno, responde a la necesidad de combatir el fenómeno de la inmigración clandestina, «ya que en el primer semestre de 2008 se ha duplicado el número de llegadas con respecto al año anterior, con 10.611 personas».

Esta decisión del Gobierno generó duras críticas en las filas de la oposición, que considera insuficientes las explicaciones facilitadas por el Ejecutivo para justificar la medida, y que pidió la comparecencia en el Parlamento del ministro del Interior, Roberto Maroni.