En los seis primeros meses de 2008 la afiliación al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) ha subido en 1.995 asociados, cifra muy inferior al incremento, en 14.545 inscripciones y en un 6,5%, experimentado por los extranjeros que optan por desarrollar su actividad profesional por cuenta propia, cuyo total ha pasado de 223.597 en diciembre de 2007 a 238.142 en junio de 2008. De estas cifras se desprende que los inmigrantes autónomos se han convertido en los únicos protagonistas del avance del espíritu emprendedor en España.

Los datos y explicaciones figuran en un informe de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), la organización más representativa del colectivo. Su presidente, Lorenzo Amor, advierte, no obstante, que el crecimiento descrito de las altas a la Seguridad Social de los inmigrantes supone una ralentización en comparación con el mismo periodo de 2007, cuando la afiliación de extranjeros creció un 20,15%.

El presidente de ATA informa también que aunque el peso de los extranjeros en el RETA se ha convertido en fundamental, sólo son el 11,19% del total de cotizantes foráneos, frente al 72,58% que aglutina el Régimen General. El resto de inmigrantes cotiza el 8,18% en el Régimen Agrario; el 7,78%, en el de Empleados de Hogar; el 0,25% en el del Mar; y el 0,03% en el del Carbón.

Perfil

El perfil del nuevo inmigrante autónomo responde al de un hombre, dedicado a la construcción, nacido en Rumania y ubicado en Baleares. Así, el análisis por género recoge un claro predominio de los varones. El 72% de los emprendedores extranjeros del RETA son hombres frente a tan sólo el 28% de mujeres.

ATA destaca que los emprendedores inmigrantes se decantan en un 29% de los casos por el autoempleo en la construcción. A continuación figura el 22,1% que elige el comercio y la reparación de vehículos; el 15,5%, la hostelería; y el 14,2%, las actividades inmobiliarias y de alquiler. De las nuevas altas, el 14,1% se inclina por la construcción, si bien los emprendedores ocupados en este sector han disminuido desde marzo. El descenso afecta a más de 2.500 trabajadores y sirve para que Amor resalte que «la crisis pasa especial factura a los emprendedores foráneos de la construcción».