Los rumanos fueron los primeros, tras los portugueses, en llegar a Lugo para trabajar en el monte

La Voz de Galicia, 27-07-2008

El bum del sector de la construcción redujo notablemente el número de trabajadores del forestal en Galicia. Esa movilidad fue la que provocó que muchas empresas madereras o compañías relacionadas con el cuidado y limpieza de los montes tuvieran que echar mano de personas de otros países para cubrir los puestos vacantes.

Los contingentes de inmigrantes que cada año promueve el Ministerio de Trabajo permiten realizar la contratación programada de mano de obra extracomunitaria con la intención de que ocupen empleos estables en compañías ubicadas en España. La selección se realiza en los países de origen, de acuerdo con la petición de las empresas. Allí son enviados los contratos que luego deberán regir el trabajo de los seleccionados.

El contingente fue desde el 2001 un gran alivio para las empresas del sector que no encontraban en Galicia empleados cualificados para realizar labores tan duras y complicadas como la poda en altura o la corta de árboles.

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Los primeros trabajadores que vinieron a Lugo por esa vía procedían de Rumanía. Fue en el 2001. Los contingentes volvieron a repetirse en el 2002, el 2003, el 2004, el 2005 y el 2006. Algún año llegaron a venir dos grupos. Cada uno de ellos constaba de entre 40 y 75 personas.

La entrada de Rumanía en la Unión Europea hizo que los trabajadores de ese país del Este pudieran entrar en España evitando los controles migratorios impuestos para trabajar. Por ello, el año pasado los empresarios eligieron Perú para realizar la selección de personal.

La zona elegida, en el norte de ese país, es conocida por la gran industria maderera que tiene. Allí, las empresas contratan a los jornaleros por día de trabajo. Lo habitual es que una camioneta los vaya recogiendo en las zonas en las que se concentran para pedir trabajo a las compañías que operan en la zona.

Pero este año, probablemente no exista un nuevo contingente, según apuntan fuentes del sector. Y es que el mal momento que atraviesa el sector inmobiliario está devolviendo a los trabajadores de las empresas constructores a las firmas relacionadas con la limpieza de los montes.

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