Se deben afrontar retos de migración  

Prensa Libre, 26-07-2008

Las redadas masivas en empresas como la de Postville, Iowa, donde fueron detenidos casi 300 guatemaltecos, y la recién aprobada “Directiva Retorno” de la Unión Europea exigen nuevas acciones de las autoridades, para proteger a los migrantes.

A esa conclusión llegaron los expertos que participaron en el foro “Perspectivas: Migración, causas y efectos”, desarrollado en la Universidad Mariano Gálvez (UMG), el jueves recién pasado, y organizado por las universidades Rafael Landívar (URL), San Carlos y UMG, y por Prensa Libre.

Los participantes en el Foro coincidieron en la necesidad de que las autoridades pongan en marcha acciones para proteger a los migrantes y combatir las causas que los obligan a marcharse del país. Además, deben cambiar su actuación, debido al endurecimiento de las medidas represivas de los países receptores.

Irene Palma, directora del Instituto Centroamericano de Estudios Sociales y de Desarrollo; Mauro Verzeletti, secretario adjunto de la Pastoral de Movilidad Humana, de la Conferencia Episcopal, y el sociólogo Carlos Cáceres, debatieron sobre las causas y consecuencias del fenómeno migratorio.

Como moderador participó Ariel Rivera, vicerrector administrativo de la URL.

Palma expresó: “Diez por ciento de la población del país, —unos 1.5 millones— son migrantes, pero a su vez, ese fenómeno afecta de forma directa o indirecta a casi seis millones, cerca de la mitad de los pobladores. Estos son los familiares que se quedaron en Guatemala y que dependen económicamente de las remesas”.

Destacó que la migración es un fenómeno que tiene una fuerte influencia en la vida del país, y por ello los gobiernos deben tratarlo como algo prioritario.

Ese problema, según Palma, se trata casi exclusivamente como un tema de seguridad, y se olvidan las razones que lo motivan: las fallas estructurales en el país que lo condicionan.

El vicerrector criticó el aumento de las violaciones a los derechos humanos, con la criminalización de las personas que se marchan a buscar una vida mejor.

Los abusos y los riesgos que padecen los migrantes en su marcha al norte y la justificación de estas acciones por parte de los países receptores es la mayor preocupación de Verzeletti, quien destacó que tiene graves consecuencias que el capital humano se marche de Guatemala, porque aquí no tiene oportunidades.

“Se habla de democracia, de globalización y bienestar ciudadano, y se criminaliza a las personas que llegan de otro país”, dijo Verzeletti.

También criticó la pérdida de la dimensión solidaria de los países que se rigen por los funcionamientos de los mercados.

Cáceres opinó que las crisis estructurales que afronta el país favorecen que la población decida marcharse, a fin de lograr mejores opciones para su familia.

“Los guatemaltecos tienen el derecho a migrar, pero también lo tienen de permanecer en su país”, afirmó Cáceres, e insistió en que las condiciones económicas no permiten a la población ejercer sus derechos.

Destacó que es urgente enfrentar de forma diferente las nuevas circunstancias que presenta el fenómeno migratorio, y aunque dijo que ha habido algunas mejoras en la atención a los connacionales que trabajan en EE. UU. o México, insistió en que la implicación de las autoridades debe ser mucho mayor.

Un ejemplo del poco interés en el problema es, según Palma, la falta de información y de estudios sobre la materia. Afirmó que el desconocimiento de la situación real impide tomar decisiones acertadas. “No sabemos realmente cuánta gente está fuera y el verdadero impacto de la migración, porque en los censos apenas se aborda el tema”, expresó.

Palma agregó que los asuntos migratorios se deben negociar en bloques de países, para ejercer mayor presión en las naciones receptoras, a fin de que haya un debate profundo.

El respeto a los migrantes, de acuerdo con la experta, debe empezar en el propio país. “Es imposible pedir afuera lo que no se cumple en Guatemala, donde violamos los derechos de la población en tránsito, y hay estudios que lo demuestran”, aseveró.

Verzeletti enfatizó en que hay que condenar la xenofobia, en un momento en que proliferan los tratados de libre mercado y los acuerdos comerciales, y al ser humano se le violan sus derechos y su dignidad cuando cruza una frontera.

Criticó que Estados Unidos y Europa, de donde partieron miles de migrantes, hayan olvidado su pasado y tomen medidas represivas contra quienes no poseen documentos.

El experto comentó que la atención a los migrantes deportados debe ser mucho más intensa, para ofrecerles opciones y que no tengan que marcharse de nuevo, en búsqueda de trabajo.

Los expositores coincidieron en que la implicación del Gobierno para apoyar a los migrantes es muy limitada, y que se olvida la dura historia que puede haber detrás de los dólares provenientes de EE. UU., como la separación familiar, la muerte en el desierto, el temor constante a ser detenido y la deportación que han sufrido unas 66 mil personas desde el 2006.

Los expertos demandaron mayor protección frente a la ofensiva internacional para frenar la llegada de extranjeros sin documentos.

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