Xenofobiay odio contra migrantes

Dos adolescentes de Estados Unidos son acusados de matar a un mexicano, tras propinarle una golpiza el 12 julio

El Universal, 26-07-2008

Pensilvania, EU. Brandon J. Piekarsky, de 16 años, y Colin J. Walsh, de 17 años, se dicen adolescentes; sin embago, le robaron la vida a golpes a un migrante mexicano. Para algunos habitantes se trata de un crimen de odio.

Era 12 de julio cuando, tras una discusión juvenil, Luis Ramírez, un mexicano de 25 años, fue atacado en el interior de una escuela, frente a jugadores de futbol americano.

Era una pelea desigual, según dicen los testigos, pues Brandon J. Piekarsky, Colin J. Walsh y Derrick M. Donchak ejercieron toda su violencia contra el migrante.

Los golpes cesaron cuando Ramírez cayó al suelo, convulsionado y con espuma en la boca.

Ese día, el odio cobró una víctima. Sin embargo, no era la primera vez que se manifestaba, aseguran.

Tensión constante

Crystal Dillman, novia del joven asesinado, asegura que la discriminación hacia los indocumentados es tema común en el condado de Shenandoah, y que Ramírez la padecía todos los días. Constantemente era insultado con frases como mexicano sucio y otros adjetivos hirientes.

Como resultado de este crimen un joven perdió la vida. Muchas otras vidas han sido destruidas; el condado de Shenandoah está afectado por tensiones entre muchos grupos étnicos, asegura James Goodman, fiscal del condado de Schuylkill.

Dos de los atacantes, Brandon J. Piekarsky y Colin J. Walsh, fueron acusados como adultos, pese a ser menores de edad, de homicidio e intimidación, mientras que Derrick M. Donchak, de 18 años, fue acusado de agresión con lesiones graves, intimidación contra el representante de un grupo étnico, y otros cargos.

Los abogados de Piekarsky y Walsh aseguran que sus clientes son inocentes y que no hay evidencias para respaldar los cargos de homicidio que se les imputa. Por su parte, Derrick Donchak prefiere guarda silencio.

Mientras tanto, un halo de coraje recorre las calles de Shenandoah, donde los indocumentados pagan cara su estancia en el lugar.


 
 

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