El paro registra la peor evolución de la historia en un segundo trimestre

El País, L. ABELLÁN, 25-07-2008

El mercado de trabajo ha pasado en un año del máximo esplendor al deterioro vertiginoso. En verano de 2007, la economía festejaba la mejor tasa de paro conocida desde principios de la democracia (7,95% en el segundo trimestre). Ahora ha vuelto a los dos dígitos (10,44%, la peor desde finales de 2004), casi un punto más que a principios de año. Los 207.400 parados que se han sumado a la crisis entre abril y junio suponen el balance más adverso registrado nunca en ese periodo, muy propicio para el empleo. Y las cifras aún no han tocado suelo.

La Encuesta de Población Activa, divulgada ayer por el Instituto Nacional de Estadística, desmonta el augurio que lanzó hace sólo dos meses el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero: “La peor previsión de paro que podamos tener por delante será siempre mejor que la que mejor tuvo el PP”. Los datos se han encargado de desmentirlo: el 10,44% actual es peor que el 10,29% registrado a mediados de 2001 con el PP.

“Esto era previsible; la pregunta era cuándo llegaría. Ahora se trata de conseguir que las redes sociales sirvan para dar protección suficiente”, reflexiona Federico Steinberg, investigador del Real Instituto Elcano y profesor de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid.

El aumento del paro hasta los 2,38 millones resulta menos dramático si se tiene en cuenta que no deriva de la destrucción neta de empleo, sino de la incorporación de población activa. El mercado de trabajo español sigue resultando atractivo, especialmente para los inmigrantes, que acceden en volumen importante pese a las señales de agotamiento emitidas. Lejos de moderarse, el número de personas que se declaran dispuestas a trabajar crece con más fuerza. “Hay trabajos que no aceptarían los españoles salvo que las condiciones empeoraran mucho, pero los extranjeros sí los realizan”, explica Alfredo Pastor, ex secretario de Estado de Economía y actualmente profesor del IESE.

Los datos lo corroboran. El paro aumenta a un ritmo del 15% entre los inmigrantes, pero al mismo tiempo el empleo, aunque sea de peor calidad o incluso sin papeles, sigue creciendo en este colectivo. “No se ha producido el efecto desánimo entre los extranjeros. Me preocupa que estemos engordando la economía sumergida”, subraya Francisco Aranda, presidente de Agett, la patronal de grandes empresas de trabajo temporal.

Con esta caída en picado de los indicadores laborales, los más florecientes durante la bonanza económica, el mercado está a un paso de la destrucción de empleo interanual (en términos intertrimestrales ya ocurrió a finales de 2007 y a principios de 2008). En los últimos 12 meses sólo se han generado 57.800 nuevos puestos, una cantidad ridícula si se compara con los casi 700.000 de hace un año. Algunos expertos creen que en el tercer trimestre el mercado ya no será capaz de generar empleo.

Entre abril y junio, el sector servicios ha salvado a la economía de perder ocupación respecto al trimestre anterior. El inicio de la temporada turística anima las contrataciones en esta actividad, hasta ahora menos afectada por el bache económico que las demás. El resto de sectores, especialmente la construcción, han reducido el número de personas a las que emplean.

El hecho de que la construcción sea la actividad más azotada por la crisis tiene efectos claros en la composición del empleo por géneros. Actualmente son las mujeres las que sostienen la creación de empleo, pues entre los hombres ya cae, tanto en el trimestre como en el último año. Este elemento diferencia la coyuntura actual de otras adversas. “El empleo femenino es el primero que suele caer en los malos momentos”, al contrario de lo que ocurre ahora, asegura Alfredo Pastor. El número de parados prácticamente se ha equiparado al de paradas y los ocupados de uno y otro sexo se aproximan cada vez más.

El único elemento positivo de la Encuesta de Población Activa reside en la temporalidad. El porcentaje de trabajadores eventuales ha caído hasta representar el 29,39% de los asalariados, la cifra más baja desde 1990. La explicación dista mucho de ser optimista: el empleo que se destruye es el más precario, por lo que el peso de los indefinidos aumenta. Además, la contratación fija sigue creciendo, aunque muy levemente.

Todas las lecturas del paro arrojaron preocupación. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, lo atribuyó a la construcción y al cese de contratos temporales. Más pesimista, el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, habló de “los peores datos de Europa”. UGT abogó por fortalecer las políticas de empleo y Comisiones Obreras reclamó protección social. Para la CEOE, los datos corroboran que la economía “está en crisis”.

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