Es ley. El Senado italiano convirtió ayer en ley orgánica del Estado las normas que facilitan las expulsiones de inmigrantes que entran clandestinamente al país transalpino. Con 161 votos a favor, 120 contrarios y ocho ausentes, el Parlamento italiano aprobó el proyecto que considera un agravante ser un extranjero irregular a la hora de cometer un delito. Lo que, en la práctica, se traduce en un aumento de pena de un tercio para los sin papeles.

Las medidas prevén la expulsión del país de todos los extranjeros – también comunitarios – condenados a penas superiores a los dos años de reclusión. Y también podrán ser repatriados quienes no puedan demostrar tener un trabajo y una fuente de ingresos. «Se trata de un cambio histórico a favor de la seguridad de los ciudadanos», dijo un entusiasta Maurizio Gasparri, presidente de los senadores de la coalición del primer ministro, Silvio Berlusconi. Al contrario, la oposición consideró las normas inconstitucionales.