El trabajo mata. Esa es la dura realidad que se ha podido constatar en lo últimos días en el País Vasco. La última oleada de víctimas mortales ha desatado las críticas contra el Gobierno vasco, al que se le exige que ponga los medios necesarios para acabar con esta sangría.

Cinco fallecimientos traumáticos en el puesto de trabajo en los últimos nueve días han encendido todas las alarmas. Unas muertes con muchos elementos comunes, que permiten pensar a los sindicatos que los accidentes habrían podido prevenirse. En su mayoría, los operarios han fallecido por caídas de altura, y con frecuencia se trata de extranjeros con contratos precarios.

Centrales y algunos partidos políticos denuncian que las medidas de seguridad aplicadas en cada uno de los fatales siniestros eran mínimas e, incluso, inexistentes. Por ello exigen mayor número de técnicos e inspectores para controlar las obras y los centros de trabajo.

Reacciones

Aunque desunidos a la hora de buscar una solución, los sindicatos han manifestado su gran preocupación ante el incremento de los accidentes en el puesto de trabajo.

El mayoritario ELA denunció la escasez de inspectores y planteó la duda sobre si para el Ejecutivo de Vitoria es una «prioridad abordar las causas estructurales de la siniestralidad».

Unas causas que, según LAB, se encuentran en la «subcontratación, la migración, las largas jornadas y la precariedad».

Por su parte, el responsable de Salud Laboral de CC OO de Euskadi, Jesús Uzkudun, apremió ayer al consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social, Joseba Azkarraga, a «dejarse de lamentaciones sobre el no cumplimiento de la ley de prevención de riesgos laborales y poner en marcha un trabajo en serio de la Inspección de Trabajo y Fiscalía». Uzkudun criticó «duramente» la actitud del departamento de Azkarraga cuando «rechaza año tras año millones de euros procedentes de la Fundación Estatal para la Prevención de Riesgos Laborales y que en la Comunidad Autónoma Vasca podrían destinarse a una lucha más efectiva contra los accidentes en el trabajo o las enfermedades profesionales».

Por su parte, la responsable de Salud Laboral de UGT – Euskadi, Pilar Collantes, instó al Gobierno Vasco a dinamizar la labor de inspección, y pidió a Azkarraga que la labor de los inspectores de Trabajo «sea más efectiva».

«Incapaz de abordar»

Las críticas al Gobierno vasco llegaron también desde los grupos de la oposición. Así, el portavoz en materia de empleo del grupo socialista, Jesús Loza, expresó su malestar «por el repunte» de la siniestralidad laboral, «ante la total pasividad del Gobierno vasco, incapaz de abordar con seriedad esta situación». En su opinión, «da la impresión que Ibarretxe y su consejero de Empleo, Joseba Azkarraga, han renunciado al autogobierno» a la hora de afrontar este problema.

Por su parte,el coordinador de Ezker Batua en Guipúzcoa, Antton Karrera, consideró que la aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos «en su integridad» evitaría «la desidia a la hora de poner en práctica las normas de seguridad laboral».

También la Diputación de Guipuzcoa salió la palestra, tras haber registrado su territorio dos de las últimas cinco víctimas mortales. Para intentar encontrar una explicación al incremento de los siniestros, el portavoz, Eneko Goia, barajó la posibilidad de que entre las causas se encuentren «las prisas» por «terminar» durante este mes de julio las tareas, antes de las vacaciones de agosto.

Los últimos datos publicados por Osalan, correspondientes a mayo, revelan que no sólo han crecido los accidentes mortales, sino el conjunto de los que han requerido baja laboral. En concreto, el alza ha sido del 3,9%, hasta sumar 19.084 en los cinco primeros meses del año, evolución contraria a la de los últimos años, en los que se ha venido produciendo una reducción sostenida de la siniestralidad.