Saavedra aboga por luchar contra la inmigración desde los municipios

El Día, G. MAESTRE, La Gomera (enviada especial), 23-07-2008

El alcalde de Las Palmas y presidente del PSC, Jerónimo Saavedra, propuso ayer en su conferencia la necesidad de desarrollar iniciativas locales en el ámbito europeo para solucionar los conflictos generados por la inmigración.

Con motivo de su conferencia, impartida ayer en el Aula de Verano de La Gomera, denominada “Diáspora, exilio e inmigraciones en Canarias”, Jerónimo Saavedra, aseguró que “los municipios tenemos la obligación de prevenir, luchar y trabajar para solucionar los conflictos políticos y bélicos que genera la inmigración, y esto se debe llevar al ámbito europeo, en donde ya ha quedado demostrada la eficacia de varias iniciativas en este sentido, como la de Croacia, Kosovo e Israel”. A juicio del también presidente del Partido Socialista Canario, las aportaciones que las Islas pueden hacer en este sentido tienen especial relevancia, “ya que es una tierra de paso y acogida, lo que nos convierte en un territorio que puede expresarse con plena autoridad en lo que a integración de minorías y respeto a la diversidad se refiere”.

Durante su ponencia, Saavedra señaló que “desde el mismo momento en el que los canarios nos configuramos como pueblo ya éramos mestizos, y eso nos ha marcado para siempre. Incluso antes de la Conquista los grupos humanos que recibían en las Islas, ya eran de orígenes diversos”.

En este sentido, insistió en que “el Archipiélago es resultado del mestizaje, y eso nos hace más valiosos, además de que explica nuestro comportamiento actual”.

En su recorrido por la historia de Canarias, Saavedra señaló que dentro de la Conquista del Archipiélago, La Gomera fue el más claro ejemplo de convivencia pacífica entre colonos, franceses, castellanos, portugueses y aborígenes. No sería hasta los sucesos protagonizados por Pedro de Vera, quien actuó con extrema crueldad en la Isla tras la rebelión de 1488 para vengar la muerte de Hernán Peraza, cuando La Gomera aceptó la supremacía de los colonos. Por lo tanto, “esto nos sirve para explicar que durante cuatro generaciones aborígenes y colonos de diversa procedencia convivieron sin interferencias exteriores, lo cual es una prueba de que desde entonces el pueblo canario ya aceptaba a los extranjeros pacíficos, que se integraban en igualdad de condiciones con los nativos”.

Para finalizar su intervención, aludió a que “a Canarias nunca ha dejado de llegar gente de otros países y latitudes, y tampoco nosotros nunca hemos dejado de salir fuera en momentos de necesidad, y volver cuando se ha podido volver. Así que somos un punto de referencia para el mundo, porque somos pacíficos y tolerantes y ese es el mejor remedio”.

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