Alcalá la Real / Festival

El folclore y la percusión claman en Etnosur

El Mundo, M. DE MIGUEL, 22-07-2008

Este 2008 se celebra el Año Europeo del Diálogo Intercultural. Hay mucha gente que lo desconoce, antes de que llegue el verano y nos lo recuerden festivales como Etnosur. Es gente que simplemente se limita a poner sus premisas en práctica, mientras los políticos continúan inyectando consideraciones, matices y leyes más o menos equívocas a conceptos más altisonantes como el de Alianza de Civilizaciones. Así que uno tiene la sensación de viajar en el tiempo, cuando pisa suelo en Alcalá la Real, villa jienense donde el pasado viernes comenzaron las celebraciones de Etnosur que, tras tres días, acabaron el domingo.


Y no sólo por el castillo de altozano que rehabilita el pueblo, sino, ante todo, porque uno intuye que, hoy como ayer, sus calles siguen festejando espontáneamente la convivencia de etnias y credos, sin eslogan alguno de la UE que deba recordárselo.


De tal guisa debió ser con los árabes trayendo la irrigación para los olivares cristianos y como tal, se sostiene, multiplica y proyecta esa convivencia, en la 12ª edición de Etnosur. Una convivencia hecha de artistas ambulantes, artesanos, pasacalles y tenderetes de ONGs que mueven conciencias. Acampadas urbanas del voluntariado solidario, con viveza de carpa circense y protección de yurta frente a la calima de Nuestra Andalucia interior.


ESTILO ALTERNATIVO


Así las cosas, Etnosur no compite por el mejor cartel musical – no quiere ser un festival veraniego más – , sino por la coherencia en materia de programaciones. Por eso, con la iconografía y el lifestyle indio sobre el tapete, en el 2008 Etnosur puede presumir no sólo de programa transversal en materia de disciplinas artísticas, sino además de confeccionarlo en atención a todas las edades.


Talleres de percusión étnica, masaje y funambulismo en la calle para los niños, cine para nuestros mayores, degustaciones gastronómicas a cocina vista de chiringuito sin fronteras, seminarios de tantra y yoga para los iniciados en los arcanos védicos, cuentacuentos, danza oriental por primera vez en el festival y exposiciones como la titulada Enigma Picasso con pintores de tres continentes releyendo la herencia pictórica del malagueño.


Etnosur arrancó su calendario musical con folklores panamericanos y el canario Arístides Moreno sobre su escenario principal, para aquellos que no se hubieran puesto ya las pilas escuchando al norteamericano Eric Holt – Giménez razonar sobre los agujeros negros de la globalización y, en concreto, sobre las causas del hambre mundial.


Para acabar, el domingo, el gran percusionista Trilok Gurku, premiado previamente por el festival, desplegó sonidos mágicos a la tabla, con Bachir Sanogo, Ali Keita y Juan Carmona como artistas invitados. Un espectáculo de producción propia, a partir del que Etnosur sigue poniendo en valor los conceptos de genuina world music por los que viene apostando desde hace mucho tiempo.

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