Morir en las pateras

ABC, , 11-07-2008

Una vez más, las mafias y la deseperación se cobran las vidas de quienes buscan en el mundo desarrollado una oportunidad vital de la que carecen en su lugar de origen. Quince personas han muerto en una patera al intentar llegar a Almería, nueve de ellas niños menores de cuatro años. La tragedia demuestra una vez más que la política de inmigración no consigue alcanzar sus objetivos. Cuando el Gobierno parecía satisfecho de los convenios de cooperación firmados con países subsaharianos, resulta que el problema salta de nuevo a la luz, incluso con un grado adicional de desesperanza por parte de sus protagonistas. En plena gira del ministro Moratinos por varios países norteafricanos, y cuando Rodríguez Zapatero acude a Marruecos a tratar asuntos bilaterales, resulta fundamental que la retórica y las buenas palabras dejen paso a la eficacia en la cooperación política y económica. Las autoridades de los países magrebíes y subsaharianos no pueden eludir sus responsabilidades, y por la misma razón los Estados europeos deben coordinar con rigor sus actuaciones. El horror humanitario que provocan las imágenes tomadas en la costa almeriense no se combate con posturas «buenistas», sino con medidas serias y racionales que nada tienen que ver con los «papeles para todos» y otras fórmulas ya fracasadas. El nuevo ministro de Trabajo anuncia criterios realistas, pero ya es hora de pasar de las palabras a los hechos. A este respecto es esencial insitir en el frente diplomático.

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