Mueren nueve niños y seis adultos en una patera a la deriva en Almería

Los treinta y tres supervivientes arrojaron catorce cadáveres al mar - "O ayudamos a África o nuestro espacio de bienestar puede cuestionarse", advierte el presidente del Gobierno - Tres mujeres y el único bebé superviviente se encuentran en estado muy grave - La patera partió el viernes de Marruecos con 48 subsaharianos y se quedó sin motor, sin agua y sin alimentos

Diario de Navarra, COLPISA. ATENAS, 11-07-2008

Partieron desde Alhucemas (Marruecos) en la madrugada del viernes y, tras soportar el temporal por el que una patera volcó el lunes frente a Motril (Granada), el motor de su lancha falló y les dejó en alta mar a merced de su suerte. El agua y los alimentos se agotaron en cuatro días.

Quince muertos, entre ellos nueve niños de entre doce meses y cuatro años, es el balance de esta tragedia en aguas de la costa almeriense. Cinco de los 33 supervivientes permanecen hospitalizados. Tres mujeres, una de las cuales ha perdido al hijo que esperaba, y el único bebé que soportó las condiciones de un viaje en el que los inmigrantes estuvieron privados de alimento y bebida durante dos días, se encuentran en estado muy grave.

El suceso se presagiaba ya cuando, sobre las 23.55 horas del miércoles, se inició en el puerto el desembarco de los inmigrantes rescatados por la Guardia Civil a 27 millas al sur de Punta Entinas.

Sin comida ni agua

Asido por uno de los 25 voluntarios de Cruz Roja, el primero en desembarcar fue el pequeño, al que siguió su madre, que prácticamente se desplomó tras él y en cuyo rostro se advertía ya “el drama” que atravesaron, según palabras de Miguel Corpas, subdelegado del Gobierno en Almería.

La lancha neumática de seis metros de eslora y dos de manga en la que pretendían alcanzar la península partió de la costa de Alhucemas (Marruecos) con 48 personas a bordo durante la madrugada del viernes.

Aunque durante el temporal que se desató el fin de semana corrieron más suerte que los ocupantes de una patera que volcó en la madrugada del lunes en Motril (Granada), donde perecieron catorce personas, la precaria embarcación en la que viajaban determinó su suerte.

El único motor falló y los inmigrantes quedaron en alta mar a merced de su suerte. Cuatro días después del inicio del viaje, el agua y los alimentos se agotaron y, entonces, “empezaron a caer los más débiles”, explica Corpas.

Los primeros en morir fueron los nueve niños. Luego hasta cinco adultos. Los tripulantes de la patera designaron entonces a dos varones como los encargados de arrojar los cadáveres por la borda.

Cuerpos al mar

De los testimonios aportados por los supervivientes se ha deducido que las primeras muertes se produjeron en los dos días previos al rescate, así como que los cuerpos fueron lanzados al mar en las proximidades del lugar del rescate de la lancha.

Los inmigrantes empezaron a efectuar llamadas de aviso al 112 durante la tarde del miércoles. Aunque el primer contacto telefónico se logró a las 18.00 horas, no fue hasta entrada la noche cuando, gracias a la información aportada por la tripulación de un velero, se pudo determinar la posición de la embarcación.

La patrullera Cabo de Gata acudió a su rescate. Los inmigrantes estaban tan débiles que no podían cambiarse de lancha por su propio pie. Incluso una de las mujeres que permanecía en la barcaza murió durante la operación por deshidratación, inanición e hipotermia.

Policías, guardias civiles y voluntarios de la Cruz Roja se agolparon a las 23.55 horas de ayer en el puerto pesquero de la capital, donde para sacar en camilla a casi todos los inmigrantes

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