La Clínica del Pueblo lucha por subsistir

La Prensa Gráfica, Julio Marenco/ Corresponsal LPG desde Washington, D.C., 08-07-2008

Con cerca de 25 años de funcionamiento en Washington, enfrenta dificultades financieras. Para muchos hispanos, es la única opción para recibir atención de salud.

Gloria Barba esperaba pacientemente en la recepción de La Clínica del Pueblo para su cita mensual con su doctora de costumbre.

La boliviana, de 63 años, diabética, se las vería negras para sobrevivir a su enfermedad sin los servicios de la clínica.

“Una vez se quedaron sin medicinas y me tocó comprar la receta, fueron más de $90, se imagina que tuviera que pagar eso cada mes”, dice la mujer.

El caso de Gloria es uno de los cerca de 7,500 que la clínica atendió solo el año pasado, en su gran mayoría latinos, todos sin seguro médico y que sin la clínica estarían prácticamente sin opciones de atención de salud.

Pero, en un momento económicamente difícil para todo el país, la operación del centro de salud llegó a un estado de “cuidados intensivos”, según su directora administrativa, Alicia Wilson.

La clínica ya logró salir de esa etapa, pero como algunos de sus pacientes, todavía se encuentra en estado delicado.

Wilson dice que una serie de factores como la disminución de la cantidad y del monto de sus donantes llevó a la institución a caer en una insolvencia para la que necesitaba $500,000 para subsistir y lograr estabilidad financiera que garantizara su operación.

“Fue como nuestra tormenta perfecta, una cantidad de factores, especialmente, se conjugaron en nuestra contra, lo peor es que veíamos esas nubes de tormenta y no había mucho que pudiéramos hacer”, cuenta.

Entonces la institución comenzó a tocar puertas con cada vez mayor urgencia y frecuencia.

“Comenzamos a hacer llamados urgentes a nuestros donadores, afortunadamente nos escuchó gente como el concejal Jim Graham (de la ciudad de Washington) y conseguimos un generoso donativo”, cuenta.

La intervención del concejal logró que la ciudad les concediera $400,000.

“La operación de la clínica es invaluable para la ciudad, es un servicio para nuestros ciudadanos que no se puede dejar desfallecer”, consideró Graham, que ha sido uno de los aliados de la clínica desde que esta comenzó a funcionar en la capital estadounidense hace 25 años.

En el mismo sentido, representantes del Caucus empresarial salvadoreño de Washington entregaron la semana pasada un donativo de $6,000 a la clínica para ayudar a sufragar sus gastos. “Es un pequeño granito de arena para contribuir con este esfuerzo que tanto bien le hace a nuestra comunidad”, dijo el empresario de origen salvadoreño Nelson Ayala, quien entregó el cheque en nombre del grupo.

La cuenta todavía no alcanza para sacar a la clínica de su convalecencia financiera, pero eso podría llegar con la oferta que una donante anónima les hizo.

“Una donante que prefiere permanecer anónima muy impresionada con nuestro trabajo nos dio $50,000 y nos dijo que si nosotros nos organizábamos y conseguíamos otros $50,000 de donaciones o actividades por nuestra cuenta, ella nos daría otros $50,000”, relató la directora administrativa.

Así, la cuenta de esos $50,000 va hasta el momento en $16,000, con el donativo recibido el miércoles de parte del grupo empresarial salvadoreño.

La clínica fue fundada por el doctor Juan Romagoza, inmigrante salvadoreño quien llegó a Washington en los años setenta huyendo del conflicto armado.

Romagoza dirigió la clínica hasta marzo de este año, cuando decidió retirarse y regresó a El Salvador.

En Estados Unidos cerca de 34 millones de personas carecen de seguro médico, una cifra que es particularmente alta entre los inmigrantes hispanos. De allí que varias organizaciones se han movilizado para recaudar fondos con el fin de continuar con las operaciones de la clínica.

Recientemente el consulado de El Salvador en Washington organizó un partido de fútbol entre los cónsules de Latinoamérica y periodistas del área para continuar con la recaudación de fondos a beneficio de la clínica.

La Clínica del Pueblo atiende tanto a niños como adultos, presta servicios de medicina preventiva, salud reproductiva y es toda una institución entre la comunidad hispana del barrio de Columbia Heights, uno de los de mayor concentración de latinoamericanos en la capital estadounidense.

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