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Chávez saluda a unas familias partidarias del presidente que acudieron al Palacio de Miraflores

LUDMILA VINOGRADOFF CORRESPONSAL

CARACAS, El presidente venezolano Hugo Chávez ha vuelto a amenazar con expulsar a los bancos y empresas europeos, entre ellos las de España, que hayan aprobado la directiva de retorno de emigrantes sin papeles. No es la primera vez que lanza este tipo de amenazas. El 16 de junio adelantó que suspendería el suministro petrolero a los países europeos que aplicaran la ley restrictiva de inmigración. Y el pasado jueves propuso «tomar represalias» contra los europeos en la reunión de Países No Alineados.

«La cosa va en serio. Estamos dispuestos a hacernos respetar», dijo el mandatario en un discurso pronunciado durante la celebración del día de la independencia del «5 de julio», esta vez acompañado del presidente de Bolivia, Evo Morales.

Después de hablar su invitado boliviano, Chávez tomó la palabra para arremeter contra Europa y su «ignominiosa» directiva de repatriar a los indocumentados, según calificó en el acto protocolario en el recinto legislativo.

Para ser más concreto dijo que los bancos y las empresas privadas europeas que operan en Venezuela serían objeto de expulsión. De esta manera pidió a la presidente de la Asamblea Nacional, Cilia Flores, que redacte una ley para que «retornen las empresas europeas a sus países de origen» en caso de que en Europa se atropelle a los inmigrantes.

«Esto va en serio» repitió varias veces por si alguien tuviera todavía dudas de su amenaza. En las últimas semanas el presidente venezolano ha mostrado una posición errática y ambivalente en los asuntos públicos.

Un día pide a los empresarios privados que inviertan en Venezuela y otro día los amenaza con expulsarlos y expropiarlos, creando mayor incertidumbre y desconfianza en el futuro del país.

Chávez está negociando la nacionalización de las fábricas de cemento de México, Suiza y Francia para tomar el control del sector de construcción y pasárselo a su aliado iraní con el que formará una empresa transnacional revolucionaria. Las productoras occidentales del hormigón no han causado un gran escándalo porque esperan obtener un buen precio de sus propiedades.

Las entidades españolas radicadas en Venezuela, el BBVA y el Grupo Santander poseen el 40 por ciento de la banca nacional.