El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió ayer a plasmar en leyes, durante esta legislatura, las resoluciones aprobadas en el pasado 37 Congreso Federal del partido, como la revisión de la ley del aborto, la regulación del derecho a una muerte digna y la posibilidad de que los inmigrantes extracomunitarios puedan votar.

Tras presidir la primera reunión de la nueva Comisión Ejecutiva Federal surgida del cónclave celebrado el pasado fin de semana, Zapatero explicó que la dirección analizó la cita congresual y dio sus primeros pasos políticos. Éstos, según anunció, consistirán en materializar «en breve» en la legislación española las resoluciones aprobadas por la militancia, entre ellas el reconocimiento de los inmigrantes no comunitarios a votar y ser votados en las elecciones municipales, iniciativa prioritaria para el líder socialista.

Para este punto, pidió el respaldo del PP, a cuyo líder criticó por haber dicho que a la sociedad no le preocupa lo que se ha debatido en el cónclave del PSOE. Según Zapatero, el asunto de la inmigración, por ejemplo, es ya un debate prioritario en la agenda europea. Y dijo estar sorprendido de que Mariano Rajoy diga que los socialistas no se ocupan de los temas económicos, cuando han tenido un debate monográfico sobre ese asunto y buena parte de su discurso en el congreso se ha dedicado a ello. «Algo hay que decir cuando se pasa por un congreso como el que han tenido en Cataluña», exclamó.

También tuvo palabras de censura para aquellos que califican de radicales algunas de las iniciativas aprobadas en el congreso socialista, para recordar, después, que muchas de esas medidas ya existen en los países más avanzados de la UE, incluso con el apoyo de la derecha. «Uno tiene la sensación de que la sociedad española ha cambiado y modernizado bastante más que algunos políticos y comentaristas», ironizó el presidente del Gobierno.

Ejecutivo y voluntad

Zapatero expresó su deseo tajante de que se lleve a cabo en esta legislatura una reforma de la ley del aborto y una regulación del derecho a morir dignamente y del testamento vital. Según indicó, desde que es secretario general de los socialistas ha procurado que las resoluciones de los congresos del PSOE se lleven a la práctica, para lo cual, apuntó, se requieren dos condiciones: o gobernar o tener voluntad política. «Si los dos requisitos se producen, por supuesto hay que cumplirlos. Y lo vamos a hacer e incluso lo haremos pronto», añadió.

Respecto al transcurso del congreso, del que salió reelegido con la mayoría más amplia de la historia, el líder socialista aseguró que el partido ha demostrado que es fuerte, que está unido y cohesionado y que es cercano a las aspiraciones de los ciudadanos. Además, destacó que posee una «brillantísima cantera» y que, además, es la fuerza modernizadora e innovadora garante de los derechos sociales. «El PSOE ha vuelto a demostrar que es el partido que siempre va por delante» y «el que más se parece a España», dijo.

Abundando en sus argumentos, puso el acento en que el cónclave ha constatado que «la España plural es la España real», capaz de integrar todas las lenguas y todas las identidades. «El PSOE está muy fuerte, muy seguro y con agendas cargadas de iniciativas», sostuvo Zapatero, convencido de que los socialistas españoles pueden asumir cada día más el papel de ser «el gran referente» de las fuerzas de izquierda de Europa.

Satisfecho del «apoyo extraordinariamente amplio» – un 98,4% – que su candidatura obtuvo en el Congreso Federal, Zapatero dijo recibir este respaldo «con toda la humildad», pero «con plena conciencia» de que lo que hace al frente del PSOE es «ante todo representar» a los militantes, a los votantes y a los ciudadanos que se sienten cerca de sus ideas.

Aunque convino en que la reciente victoria electoral en las últimas generales tiene «un gran valor», argumentó que lo más determinante para ese respaldo ha sido la identificación con el proyecto y las políticas progresistas que su partido ha desarrollado en los últimos cuatro años.

Financiación catalana

Zapatero se refirió también a la reforma de la financiación catalana y señaló que, tras una reunión «muy positiva» el sábado con el presidente de la Generalitat, José Montilla, el diálogo «tendrá que entrar en los próximos días o semanas en una fase determinante». Respecto a la política de agua, aseguró que no se ha modificado «ni un ápice, ni una coma» de la que venían desarrollando hasta el momento.

Por otra parte, garantizó la defensa de los derechos de los trabajadores y el mantenimiento de las políticas sociales y se congratuló por el clima de paz social. Y se comprometió, por último, a no reformar «legislativamente nada» de lo que afecta al mercado laboral, en alusión a la directiva europea que deja la puerta abierta a la ampliación de la jornada laboral hasta las 65 horas, una medida a la que se oponen el PSOE y el Gobierno.

El líder socialista, por otra parte, evitó pronunciarse sobre si se presentará de nuevo como candidato a La Moncloa en las próximas elecciones generales de 2012. Después del amplio respaldo recibido por los suyos, los medios de comunicación le preguntaron si ese apoyo casi del 100% supone dar por supuesto que encabezará la lista del PSOE al Gobierno, pero el actual presidente aseguró que «no se puede dar por supuesto nada».

El líder socialista, que confesó que «no esperaba esa pregunta», precisó que cuando llegue el momento será el partido el que decidirá. Tampoco se pronunció sobre si en la nueva Ejecutiva Federal se encuentra la persona que será su sustituto en el futuro. «No tenemos ningún tipo de impaciencia, hacemos las cosas cuando tocan», aseguró Zapatero, quien indicó que en estos momentos tiene el mandato de dirigir el partido «con sensibilidad y energía», pero renovando y cambiando con la colaboración de toda la dirección.

En este sentido, rechazó que «el apoyo extraordinario» recibido a su candidatura se haya producido por «control», ya que «los delegados se han expresado libremente». En su opinión, este apoyo «se notaba», lo que supone para él una «gran satisfacción». AGENCIAS