Décima a décima, lento pero seguro, la natalidad en España remonta y lo hace un año más gracias a las mujeres inmigrantes y a un tímido aporte de las nacionales. Los datos de 2007 del Instituto Nacional de Estadística (INE) elevan la tasa media a 1,39 hijos por mujer, la más alta desde 1990, en mitad de la tabla de la UE.

De momento son cifras provisionales, pero apuntalan un ascenso sostenido que debe mucho al fenómeno migratorio. En 1996 se había tocado fondo, con apenas 1,16 hijos por fémina. Entre 2000 y 2002 la tasa pasó de 1,23 a 1,26 y de ahí a 1,31 hijos en 2003. Desde entonces no ha dejado de subir.

En 2007 nacieron en España 491.138 bebés, unos 8.000 más que el ejercicio anterior. Son los responsables de esa centésima de ganancia, de 1,38 a 1,39 hijos por mujer respecto de 2006. De ellos, a 93.000 casi el 19% los alumbró una madre extranjera, 13.000 más que en 2006. Las marroquíes fueron las madres más prolíficas, con 20.058 nacimientos, una quinta parte del total de partos de mujeres foráneas, seguidas por las rumanas (12,36% de los nacimientos de madre extranjera) y ecuatorianas (10%). El ránking es el mismo que el año pasado, pero sólo crece entre las oriundas de Rumanía. Marroquíes y sobre todo ecuatorianas perdieron algo de impulso reproductor, doce décimas las primeras y 1,3 puntos las segundas respecto del año anterior.

Los últimos datos globales de fecundidad de la Unión son de 2006 y con el índice de 1,38 hijos por española de entonces el país ocupaba el puesto número 14.