Congreso del PSOE: lenguaje y tono

La Vanguardia, , 04-07-2008

COMIENZA hoy en Madrid el 37. º congreso federal del PSOE. En apariencia se trata de un congreso tranquilo. El Partido Socialista acaba de revalidar su mayoría relativa en las elecciones generales de marzo, con una cifra récord de 11 millones de votos que no supuso el hundimiento de la oposición, puesto que el Partido Popular, con 10,2 millones de votos, obtuvo uno de los mejores resultados de su historia. Los dos grandes partidos salieron robustecidos de la última convocatoria electoral, aunque con algunos importantes problemas de cartografía: el PP, que mejora en Andalucía, tiene evidentes problemas de radicación en el País Vasco y Catalunya; mientras que el PSOE flojea en Madrid y la Comunidad Valenciana. Para ser más precisos, el Partido Socialista ha conseguido ganar apoyos entre los jóvenes y las mujeres, pero su fuerza electoral en las grandes áreas urbanas no se halla en una fase ascendente.

Las elecciones ratificaron por tanto el programa electoral del PSOE, de manera que el congreso socialista tiene la obligación de otear nuevos horizontes, más que establecer una doctrina de aplicación inmediata. No hay problemas de liderazgo, aunque en las filas socialistas es detectable una creciente preocupación por el fuste del gobierno formado en abril por José Luis Rodríguez Zapatero, dada la velocidad con que la economía española está deteniendo su crecimiento. Hay preocupación, pero ni el liderazgo de Rodríguez Zapatero es mínimamente discutido, ni se intuyen grandes tensiones por la reconfiguración del grupo dirigente del partido.

El foco, por tanto, se situará en las ponencias o comisiones de trabajo donde se debatirán los textos programáticos, que han recibido la cifra récord de 6.000 enmiendas. La dirección saliente habla de esta cifra con satisfacción y la muestra como ejemplo de una gran vitalidad interna. Las bases socialistas tienen ganas de discutir e incluso de romper algunos moldes. Habrá que prestar atención a la propuesta de que los inmigrantes puedan votar en las elecciones municipales, a las nuevas ideas sobre la implantación de una dinámica verdaderamente federal en España, al debate sobre la energía nuclear – tras un reciente pronunciamiento pronuclear de Felipe González- o las iniciativas que pueden colisionar nuevamente con la Iglesia católica. Las bases tienen ganas de discutir, pero es evidente que la dirección socialista también sabe qué mensajes le conviene ahora transmitir a la sociedad. No hay dudas de que el PSOE quiere que su congreso afiance la sensación de que España está gobernada por un partido dinámico y muy atento a las nuevas pulsiones y expectativas sociales.

Pero esta España activa y cambiante también está preocupada, cada vez más preocupada, por la evolución de la economía y se pregunta si el presidente del Gobierno está empleando el lenguaje y el tono adecuados ante la crisis. El 37. º congreso del PSOE también tendrá este foco: el lenguaje y el tono de Zapatero.

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