En qué se equivocó María Escario

La Vanguardia, Quim Monzó , 04-07-2008

Se quedó ‘horrorizada’ al escuchar su comentario, ya que su intención no era insultar a nadie
El otro día, en TVE, durante la retransmisión de la gran fiesta que había en las calles de Madrid para recibir a la selección española de fútbol, la periodista María Escario hizo un comentario. Uno de los reporteros que había en la calle, retransmitiendo la celebración, explicaba – a Escario y a todos los telespectadores- que estaba todo lleno a rebosar, y que los aficionados que había en esas aglomeraciones no eran sólo españoles – no señor- sino que también había colombianos y ecuatorianos. Sin perder ni un segundo Escario preguntó al reportero:

- Por cierto, ¿has echado en falta algo de los bolsillos?

Tal cual. Es la agilidad que dan los años de experiencia frente a los micrófonos. Anteayer, Escario envió una carta de disculpa a los embajadores de Colombia y de Ecuador. Dice Escario que al oír luego la grabación se quedó “horrorizada” al escuchar su comentario, y que su intención no era insultar a nadie. TVE le da su apoyo y explica que todo fue una “desafortunada coincidencia”. La coartada es la siguiente: uno de los reporteros que estaban en la calle explicó a María Escario que la cantidad de gente era tal y había tantos apretujones que había estado a punto de perder la cartera. Entonces, cuando el otro reportero le habló también de la cantidad de gente que había, y de los apretujones, y de que además de españoles había colombianos y ecuatorianos, Escario recordó los apretujones de los que le había hablado el otro reportero, y la cartera que había estado a punto de perder, e inmediatamente hizo la pregunta fatídica.

Por eso – porque su comentario sonó justo tras la alusión a la presencia de colombianos y ecuatorianos- dice Escario que comprende que pueda parecer lo que, según ella, no fue: “Me he quedado horrorizada. Tal como se oyó, la frase resultó xenófoba. Pero en absoluto fue mi intención”.

¿Fue un resorte inconsciente que no alcanzó a reprimir? ¿Fue realmente casualidad y nada más? Sea lo que sea, para evitar en el futuro situaciones así, lo mejor es reducir al mínimo los comentarios graciosos, y evitarlos si se puede. Y, en cualquier caso, modificar el objetivo de la chanza. Si, en vez de acusar de ladrones a colombianos y ecuatorianos, hubiese acusado de ladrones a los catalanes hubiese habido bastantes menos aspavientos. María Escario hubiese podido explicar, por ejemplo, aquel chiste tan y tan divertido – repetido muchas veces en las televisiones- que dice que los catalanes bailan sardanas cogiéndose unos a otros de la mano porque así se aseguran de que los que tienen al lado no les roban la cartera. Nadie le hubiese afeado luego el comentario, ni hubiese tenido que disculparse ante nadie. Al contrario: todos hubiesen reído de buena gana y la hubiesen felicitado por su ingenio.

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