Colectivos musulmanes disienten de la crítica de la ministra a la diferencia en el atuendo de varones y mujeres

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, volvió a hacer ayer de apagafuegos, desautorizando a la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que provocó el malestar de los colectivos musulmanes tras su crítica a las diferencias en el modo de vestir de hombres y mujeres de la fe islámica. «Los hombres árabes van vestidos al modo occidental mientras ellas llevan vestidos largos y pañuelos», dijo Aído, abogando por respetar todas las tradiciones culturales menos las que fomenten la desigualdad o la discriminación entre sexos.

Menos de 24 horas después, De la Vega manifestó en un programa de televisión, que la posición del Gobierno español es la de «respeto a las tradiciones culturales», incluida la del velo islámico, siempre que se ajusten a la legislación vigente.

«Lo más importante es ser sumamente respetuoso con las prácticas y hábitos de cada país, pero teniendo mucho cuidado de que no supongan una vulneración de la libertad de las personas, ni un ataque a los derechos humanos», subrayó la vicepresidenta, para apostillar que «los límites» de la integración de los inmigrantes están en «las leyes».

El pañuelo como identidad

Pero no solo De la Vega enmendó públicamente las palabras de la ya polémica ministra de Igualdad, ya que los colectivos islámicos también manifestaron su desacuerdo con Aído. Así, la presidenta del Centro Cultural Islámico (CCI) de Valencia, Amparo Sánchez, aseguró ayer que que una mujer musulmana lleve velo es «una decisión libre» que forma parte de su «práctica religiosa». En idénticos términos se pronunció la Asociación Intercultura, que defendió el uso del pañuelo como «seña de identidad» y «opción personal» que asumen las mujeres que profesan el Islam. Amparo Sánchez – primera mujer que dirige un centro islámico en nuestro país – señaló que le «duele disentir» de la ministra «porque es mujer, porque no son muchas las mujeres que ocupan puestos de gran responsabilidad y porque soy partidaria – dijo – de apoyarnos de forma incondicional».

Igualmente, declaró que le parece «muy mal que te obliguen a ponerte o quitártelo [el velo]. Es una falta de respeto a la mujer y a nuestra inteligencia y capacidad de decisión, pues la inmensa mayoría lo llevamos de forma libre y por motivos religiosos» e insistió en que España es un país libre, «donde hay una libertad religiosa y donde elegimos libremente la religión que queremos practicar. Y el velo en la mujer forma parte de nuestra práctica religiosa». Del mismo modo, la presidenta del CCI señaló que había «confusión» entre lo árabe y lo islámico, ya que solo el 17% de los musulmanes son árabes, y que no son sinónimos. La presidenta de la Asociación Intercultura, Yonaida Sel – Lam, secundó este argumento, solicitando a la titular de Igualdad «que no hable de lo que desconoce». La ministra no solo molestó a la comunidad islámica, además se refirió de paso a las mujeres mayas, que se ven obligadas por «exigencia cultural» a vestir «ropas de su etnia». Luego se preguntó por qué los hombres musulmanes y los mayas «no tienen que cargar con el peso de la identidad cultural».