Catalunya es la primera comunidad en superar el millón de extranjeros

El Periodico, MANUEL VILASERÓ, 21-06-2008

La percepción que la sociedad tiene de un fenómeno dista mucho a veces de la realidad. Afortunadamente, siempre están las cifras para poner las cosas en su sitio. Contra lo que algunos expertos y políticos habían aventurado, la llegada de inmigrantes a España se mantuvo el año pasado al altísimo ritmo de los años anteriores. Según el avance del padrón de 1 de enero del 2008 hecho público ayer, 701.000 extranjeros se inscribieron durante el 2007 en los municipios españoles, 125.000 de ellos en Catalunya, lo que ha elevado la proporción de foráneos a unas cotas inimaginables hace unos años.
Sobre 46 millones de habitantes, España ya tiene 5,2 millones de inmigrantes, y sobre una población de 7,35 millones, Catalunya sobrepasa por vez primera (y es la única comunidad en hacerlo), la cifra del millón. Exactamente 1.097.966. “Som un milió”, podrían exclamar ya los foráneos remedando el viejo eslógan pujoliano de Som sis milions.

LA ECONOMÍA, A TODO TREN
¿Cómo pudo absorber España un alud semejante? 700.000 personas es como si de golpe se hubieran instalado en España el triple de los pobladores con que cuenta L’Hospitalet, la ciudad cuya alcaldía ocupó durante 14 años el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho. Aunque parezca difícil de creer, esa cantidad de extranjeros debía de ser la que demandaba la economía espa –
ñola, que hasta el último trimestre del año no empezó a notar la incipiente llegada de la crisis. El PIB del 2007 se mantuvo en el 3,8% de au –
mento y eso en el modelo español de crecimiento significa la creación de cientos de miles de empleos.
El aluvión llegado el año pasado presenta varias características que lo hacen, sin embargo, muy diferente de los registrados en años anteriores. Por un lado, la mitad de los recién llegados pertenecen a la Unión Europea. Nada menos que 201.948 rumanos y 31.607 búlgaros han cruzado el Pirineo aprovechando que desde el 1 de enero del 2007 gozan de libre de circulación como ciudadanos comunitarios. La moratoria sobre la mano de obra – – no pueden trabajar de momento si no obtienen un permiso como el de los extracomunitarios – – no parece haber tenido apenas ningún efecto disuasorio.
Con esta abrumadora llegada, los rumanos han logrado situarse en cabeza del ranking de extranjeros por países de origen, con 728.967 inscritos, frente a los 644.688 marroquís, la comunidad que hasta ahora había estado al frente de la clasificación. Este sorpasso es quizá la imagen más plástica de una Europa que se blinda de puertas a fuera frente a suramericanos y africanos con visados, vallas y radares, y que reparte su fortuna entre los recién llegados lejanos vecinos del Este. Tampoco es despreciable la arribada de británicos (36.968) y alemanes (16.245), la mayoría jubilados en busca de sol.
El principal efecto de la nueva procedencia de los inmigrantes es que el número de sin papeles apenas ha crecido. Si con los datos de principios del 2007 podía deducirse que unos 450.000 extracomunitarios se encontraban en España sin los permisos en regla, el cálculo los acerca ahora al medio millón. Exactamente 498.402 si de los empadronados de países no comunitarios se restan los que tienen permiso de residencia o estudios. Son ya solo menos del 10% de los extranjeros, una proporción muy similar a la que se da en Catalunya que, según estos cálculos, contaría con 94.717.
Al escaso aumento de los foráneos en situación irregular ha contribuido también que la mayoría de los 350.000 extracomunitarios que se empadronaron en el 2007 llegaron, esta vez sí, con un contrato en origen o con un permiso de reagrupación bajo el brazo. Fueron unos 128.000 los familiares que llegaron en estas condiciones de legalidad.
La única comunidad no europea que ha aumentado en una alta proporción es la marroquí, con 61.765 nuevos inscritos. La boliviana es la siguiente, con 39.446; y la brasileña, la tercera, con 25.229. La ecuatoriana, quizá espoleada por el buen momento de su país y los planes de retorno de su Gobierno, es la única comunidad que retrocede. De hecho, pierde 6.898 empadronados.

CATALUNYA, DE LOS MARROQUÍS
En Catalunya la llegada de rumanos no ha sido tan masiva como en el resto de España, lo que permite a los marroquís mantener su preponderancia (207.194). Los rumanos ocupan el segundo lugar (87.899) a poca distancia de los ecuatorianos (80.350) y muy por delante de los bolivianos (60.534). Paquistanís (28.502), senegaleses (15.862) y gambianos (15.141) siguen teniendo también una presencia mucho más alta que en el resto de España.

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