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Canarias 7, Juan Manuel Pardellas, 21-06-2008

Me pregunto dónde está la importancia de que los medios y, por extensión, la sociedad, nos enteremos de que cuatro inmigrantes han fallecido y por qué es tan dramático que lo hagamos (lo de enterarnos) dos días después. Añado dónde está y quién marca la diferencia para que sí podamos estar al día de las muertes de inmigrantes y no, por ejemplo, de los canarios que fallecen a diario en los hospitales. También me pregunto por qué los socialistas han armado tanto revuelo a cuenta del supuesto secretismo del Gobierno de Canarias.

Me pregunto qué gobierno de qué nación, sin informar a nadie, ha estado fletando secretamente decenas de vuelos para enviar a estos desheredados a Marruecos, Senegal o la Península y ni siquiera comunica cuántos y adónde han salido de las islas, alimentando cómplicemente la idea de que los que llegan en barca y aparecen a la hora del almuerzo a través de la tele en todas las casas no abandonan nunca el Archipiélago. Otro ejemplo, ¿quién controlará ahora que un inmigrante esté más de 40 días en un centro de retención? ¿hay un organismo, una comisión, una sola persona externa que lo pueda garantizar? No. En materia de inmigración, de protección de los derechos humanos y de respeto hacia quienes se han jugado la vida hasta llegar aquí, la clase política española y canaria en general ha pinchado estrepitosamente. Hay excepciones, claro. Bernardino León, José Segura, Inés Rojas, Natividad Cano minúsculas islas en un gigantesco aparato diseñado para seguir golpeando, abusando, maltratando y vejando al eslabón más débil. Por si hay alguna duda, saber que muere un inmigrante en un hospital no es importante en absoluto.

Es vital (ironía de palabra). Incluso no me explico por qué la saturada justicia o la policía no da un paso más hasta averiguar entre sus compañeros de travesía los nombres de los fallecidos y comunicárselo a sus familias en origen. No es siquiera una cuestión de pena o caridad, sino de transparencia y justicia con el fenómeno más importante que estas islas están viviendo en sus 500 años de Historia, por el que seremos juzgados en las próximas generaciones. Una mancha en el mapa cuyo color depende exactamente de lo que estemos haciendo estos días. Y no tiene muy buena pinta.

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