Dicen quienes lo saben que Bruselas teme que Gaddafi pueda embarcar hacia Europa a los 800.000 subsaharianos que malviven en su territorio, y que este habría sido el argumento de fondo que ha movido al Parlamento Europeo a aprobar la directiva de retorno de emigrantes ‘sin papeles’ que, entre otras medidas, contempla la detención de los inmigrantes irregulares hasta 18 meses. De nada ha servido que 44 países de África y América Latina hayan condenado la normativa. La mala coyuntura económica ha hecho lo demás: los líderes europeos han considerado que Europa no puede seguir recibiendo entre 1,5 y 2,5 millones de inmigrante ilegales al año.