Selecciones sin fronteras

ABC, 17-06-2008

POR E. ORTEGO

ZÚRICH. Joseph Blatter, presidente de la FIFA, no se rinde, pero se va a quedar sólo en esta batalla en la que cada vez tiene menos aliados. «Si no hacemos nada contra los jugadores que se nacionalizan continuamente con selecciones que no son de su país de nacimiento, llegaremos al Mundial 2014 con 300 brasileños jugando en equipos que no son el suyo, son como los invasores», proclamó.

Después, incluso, de que la Comunidad Europea rechazase su proyecto «6+5». O lo que es lo mismo, obligar a los clubes a que en sus equipos sobre el campo nunca pueda haber más de cinco extranjeros. Pero no sólo ha sido la CE quien ha frenado a Blatter escudándose en las leyes vigentes de libertad de trabajo. La propia UEFA, o lo que es lo mismo, sus asociaciones nacionales, cada vez «fichan» más jugadores no nacidos dentro en sus fronteras, pero que nacionalizan.

Esta Eurocopa es un mosaico de futbolistas de todo tipo de razas y religiones que defienden la bandera de un país en el que no han nacido, pero juegan en sus clubes o tienen ascendencia paterna o materna que les permite obtener la nacionalidad en cuestión.

Por ejemplo, hasta seis brasileños están entre los 378 inscritos. Uno de ellos es Marco Senna, nacido en Río de Janeiro, que ya jugó en el Mundial de Alemania y que logró la doble nacionalidad a los cuatro años de llegar al Villarreal. Los otros cinco son: Guerreiro (Polonia), Kuranyy (Alemania), Deco y Pepe (Portugal) y Mehmet Aurelio (Turquía). Todos ellos, como una veintena más, fueron nacionalizados por razones futbolísticas.

Francia es la selección menos pura, con más influencia extrafrancesa por las colonias y territorios de ultramar. 17 de sus 23 convocados son de «importación» y siete no nacieron siquiera en Francia: Thuram (Guadalupe), Vieira y Evra (Senegal), Boumsong (Camerún), Mandanda y Makelele (Congo) y Malouda (Guayana). Los otros diez importados tienen sus orígenes repartidos por todo el mundo. De los «argelinos» Benzema y Nasri a Gavou (Benin) y Diarra (Malí), pasando por el «italiano» Squillaci.

Suiza, ya eliminada, es otro ejemplo de jugadores de «origen no helvético». Senderos tiene padre español y madre serbia y los progenitores de Cabanas son gallegos; Vonlanthen es colombiano; Djuorou, de Costa de Marfil; Fernandes, de Cabo Verde; Inler, Derdiyok y Yakin, turcos; Benaglio y Barnetta, italianos, Behrami, albanés; Jakupovic, bosnio…

Austria cuenta con media docena de legión extranjera y Holanda se nutre de su cantera natural del Caribe y Oriente: Melchiot, De Jong y Engelaar (Surinam), Bouma y Van Bronckhorst (Indonesia), mientras Boulahrouz y Afellay tienen origen marroquí.

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