Una despensa multicultural

ABC, , 16-06-2008

POR ESTEBAN VILLAREJO
FOTOS: ROBER SOLSONA
VALENCIA. La paella, el all i pebre, la fideuà, el arrop i tallaetes, las naranjas, los buñuelos de calabaza, la horchata o el agua de Valencia conforman una somera referencia a la tradición gastronómica valenciana hay mucho más, claro. Y ese «más» también incluye, poco a poco, una riqueza culinaria que rompe fronteras y cuyos sabores llegan con un billete de ida llamado inmigración.
¿Un pan lituano? ¿Chuños de Bolivia? ¿«Yaki nori» (alga seca) para envolver el «sushi»? ¿Tomates de árbol de los Andes? ¿Cervezas argentinas, ecuatorianas o taiwanesa? ¿Té de tierras árabes? ¿Aceite de palma de Ghana? Pues a su gusto. Al menos eso es lo que el curioso, innovador o aventurero cocinero de andar por casa se encontrará si se adentra en algunas de las suculentas tiendas especializadas que tienen como objetivo dar respuesta a una demanda creciente: «Aunque la cultura gastronómica española es riquísima, al inmigrante le gusta comer como en casa».
Al inmigrante, y también cada vez más al autóctono que ve en la proliferación de estos comercios una oportunidad de probar otros bocados. Otra forma de integración. Otra forma de viajar sin salir de casa.
Son las siete de la tarde y en la tienda de productos asiáticos «Xin Feng Hang» calle Pelayo, Valencia se confunden ciudadanos de rasgos orientales que compran sacos de ¡25 kilos de arroz! «nosotros lo comemos todos los días, es nuestro alimento básico», asegura una china de Shanghai con valencianos que se informan sobre las variedades más rebuscadas de «noodles» (tallarines chinos), las distintas cervezas japonesas o los arroces basanti de la India.
«Juani», como así se hace llamar la regente del comercio, es originaria de una localidad del cinturón urbano de Shanghai. Hace cuatro años decidió abrir el negocio que abastece con productos de una importadora de Madrid y otra holandesa de Rotterdam. «Tenemos alimentos japoneses, chinos, taiwaneses, filipinos, indios… en general de casi todos los países de Asia. Sobre todo están orientados a los ciudadanos asiáticos que viven en la ciudad pero cada vez tenemos más clientes españoles».
Éstos visitan la tienda por su interés en la cocina asiática. El «sushi» es una de las grandes atracciones. Aquí encontrarán todos los ingredientes para cocinar este plato de origen japonés a base de arroz cocido aderezado con vinagre de arroz, azúcar y sal y cuyo interior puede estar complementado con pescado, marisco, verduras o huevo.
Repostería de Wonton, licores típicos de restaurante chino, el afamado «sake» japonés (licor de arroz) o una amplia gama de vinagres utilizados en la cocina china. ¿Un producto? «Juani» nos recomienda el arroz de jazmín; también nos instruye en el «dim sum», un término cantonés que puede traducirse como «ordenar hasta satisfacer al corazón» o bocado y que alude a los típicos platos que se sirven en canastos a modo de aperitivo.
Abedul, el zumo de la URSS
Desde China «volamos» hacia Europa del Este… junto a la estación de autobuses de Valencia donde radica la tienda «Beriozka» (abedul, en ruso). Las ucranianas Lyudmila y Natalia nos guían hacia el caviar, uno de los productos estrella de la gastronomía rusa.
En esta tienda de la empresa Kuzh con otras sedes en localidades alicantinas también se pueden encontrar productos de países tales como Moldavia, Ucrania, Georgia, Letonia, Lituania… En general, de las ex repúblicas soviéticas y comunistas. Etiquetas en castellano y fecha de caducidad a la vista, como manda la inspección de salud pública.
Llama la atención el zumo de abedul, con apariencia similar al agua: «Es muy conocido por nosotros porque era nuestra bebida de la infancia en tiempos de la URSS», explican. Los afamados vodkas el más fuerte tiene 50 grados, pescados ahumados, embutidos propios de Rusia, helados, quesos, arenques, pan y vinos de los países bálticos.
Pero en «Beriozka» no sólo hay productos gastronómicos, también hay revistas, libros, periódicos, iconos religiosos o el tradicional «samovar», utensilio para hacer y mantener caliente el té. «Muchos españoles compran el «kefir»», un yogur propio de las regiones del Cáucaso que mejora la capacidad de asimilación de los alimentos y regula el tránsito intestinal.
En la calle Cádiz nos encontramos con la dominicana Confi Martínez y su «Bodega Portal latino». Abrió en 2001 y su tienda refleja el colorido de las tierras latinoamericanas. Las yucas, los higos en almíbar, los maíces o los chuños blancos patata deshidratada utilizada en las zonas andinas aparecen al ritmo de la música caribeña. «Los frijoles son la base de la dieta en muchos países latinoamericanos», explica.
En el mismo barrio de Ruzafa, las tiendas árabes también nos descubren los secretos de sus tés y pasteles como los «baklavas» de pistacho o los «ajweh» (mazapán relleno con dátiles). Abundan las carnicerías Halal, que distribuyen alimentos acordes a los dictámenes del Corán. Alimentos divinos… como nuestras paellas, naranjas y la tan deseada tortilla de patatas.

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