EL PERISCOPIO | MANUEL ALCÁNTARA

EL VIAJE DE VUELTA

- Hay que incentivarlos para que regresen a sus casas, incluso en el caso de que no la tengan - Nuestro país ha perdido comba en los últimos cuatro años en el marco de una VIII Legislatura para olvidar

Diario de Navarra, OPINION@DIARIODENAVARRA.ES, 16-06-2008

V AN a encontrar muchas más facilidades de las que tuvieron al venir. Los barcos que los lleven serán más sólidos que los cayucos y no estarán apretados, unos con otros y todos juntos contra el miedo. Además, llevarán algún dinerín en el bolsillo. Lo único malo es que antes querían venir y ahora no quieren irse y eso de contrariar nuestros deseos siempre produce infelicidad. El Gobierno quiere repatriar con ayudas a un millón de inmigrantes.

Bien sabe Dios que aquí ya no caben pero echarlos va a costar Dios y ayuda.

Todo cambia y lo que va a cambiar ahora, quizá de un modo demasiado brusco, es la política de inmigración. Hasta hace medio año o cosa así se aconsejaba la contratación de extranjeros menesterosos, pero la crisis desaconseja ahora que sigan en el país de acogida, que no está en situación de acoger a nadie. La virtud de la hospitalidad depende del mercado de trabajo y en el tiempo actual, según mercado, no hay trabajo para ellos. De ahí la generosa invitación a que se ausenten los inmigrantes en situación regular, que ya no es regular sino mala tirando a pésima. Hay que incentivarlos para que regresen a sus casas, incluso en el caso de que no la tengan, y podrán cobrar en sólo dos pagos todos los subsidios de desempleo que hayan ido acumulando.

Lo peor de los inmigrantes es que nunca pueden reunirse con sus antiguos compañeros de trabajo. Se irán muchos de los que cogen fresones bajo carpas transparentes y también los que espetan sardinas de aluminio y de luto en esas fogatas que el verano establece en la arena. Hay oficios que rechazamos los nativos, pero que quizá tengamos que volver a practicar si se van ellos. Una pena compartida. Unos por tener que irse de España y otros por tener que quedarse. Viajar, según se dice, ilustra mucho. Los inmigrantes habrán aprendido que el mundo no está bien hecho.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)