REGIÓN MURCIA

Una mujer marroquí denuncia una agresión racista en Los Alcázares

Un hombre y su madre la golpearon en el mercadillo mientras la insultaban y le gritaban «moros de mierda, estoy harto de vosotros»

La Verdad, , 15-06-2008

Zana aún se despierta por las noches entre lágrimas y pesadillas de golpes sin sentido. Aún no se explica cómo, después de 16 años de vida en el pueblo, alguien quiso hacerle daño sólo porque le parecía diferente. Como un día cualquiera, el pasado martes esta mujer marroquí acudió al mercadillo semanal de Los Alcázares y se acercó a comprar fruta y verdura a uno de los puestos.

Dejó el carro junto al puesto y, mientras esperaba su turno, un hombre alto y delgado, con los ojos claros y camisa amarilla, como lo describe Zana, le gritó de pronto: «¿Tú, no te creas que te vas a colar, mora de mierda!». «Yo le contesté: ‘baja la voz, que no tienes que insultarme’», cuenta la mujer. Zana asegura que, entonces, el hombre siguió lanzándole su retahíla de insultos racistas: «Me dijo ‘moros de mierda, ya estoy harto de todos vosotros, hija de puta’», explica la agredida, a lo que ella asegura que respondió: «hijo de puta tú».

Fue entonces cuando, según la víctima, intervino la madre del hombre que la insultaba. «La madre, una mujer gordita y fuerte, de unos sesenta años, me pegó una bofetada en la cara. No sé qué me pasó, pero me quedé paralizada», cuenta Zana. A continuación, recuerda que el hombre le gritó «¿mora cabrona! y después recibí un puñetazo en la boca, me mareé y lo vi todo negro».

Aún aturdida por el golpe, que le ha dejado la boca negra e inflamada, una mujer le dijo que su nariz sangraba. El chico del puesto de al lado aconsejó al parecer a Zana que evitara más enfrentamientos y avisara a la Policía. «Entonces le dije al hombre que me pegó ‘espera a que venga la Policía si eres hombre’, pero enseguida se fue con su madre», explica la mujer con tono de disgusto.

Dos agentes llegaron enseguida y acompañaron a la agredida al centro de salud, donde un médico hizo constar en un informe el traumatismo en la cara que sufrió por aquel puñetazo de odio incomprensible. La llevaron después al Centro de Seguridad, donde formuló una denuncia ante la Guardia Civil por agresión xenófoba.

Ataque de nervios

La Policía peinó inmediatamente el mercadillo en busca del hombre que responde a la descripción de la víctima, pero fue imposible encontrarlo. El paso siguiente llevará a esta mujer dolorida al Juzgado de San Javier, aunque, si no aparece el agresor, nadie podrá resarcir a Zana del daño recibido y otro ataque xenófobo, de los que se cometen en el mundo, quedará impune.

«Es imposible olvidarlo, aquella noche mi marido llamó al 112 porque tenía un ataque de nervios y tuvieron que pincharme algo para que me tranquilizara. Siento aún la rabia y lloro cada día», explica Zana, madre de tres hijos menores y casada con un español. Le duele además que «la gente se apartó enseguida; la gente es muy racista, pero nunca me había pasado nada igual».

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