parís. España y Francia acercaron ayer posturas sobre el futuro pacto europeo de inmigración, después de que París aceptara prescindir de la imposición de un contrato de integración a los inmigrantes legales, según afirmó el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

El jefe de la diplomacia española, que se reunió en París con el ministro francés de Inmigración, Brice Hortefeux, se mostró confiado en que Francia y España puedan adoptar un texto conjunto sobre la inmigración en la cumbre bilateral del próximo día 27 en Zaragoza, presidida por los jefes de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y francés, François Fillon.

Una vez cerrado el acuerdo bilateral, será París, que a partir del próximo 1 de julio ejercerá la presidencia de turno de la Unión Europa (UE), la encargada de sumar al resto de los Veintisiete para la adopción del pacto europeo.

La aprobación del pacto en la cumbre europea de octubre próximo es una de las grandes prioridades del presidente francés, Nicolas Sarkozy, en su semestre al frente de la Unión.

La idea francesa de introducir un contrato de integración obligatorio para los inmigrantes regulares, relativo al conocimiento del idioma y al respeto de los valores del país de destino, era una de las diferencias entre Madrid y París.

Moratinos reiteró su oposición a este contrato porque, según él, “sólo hace falta aplicar la ley”, y señaló que el borrador de proyecto que hoy le presentó Hortefeux no recoge esta fórmula, por lo que, dijo, “se está llegando a un consenso, una redacción en la que la posición española está perfectamente reflejada”. “Con el respeto al ordenamiento legal de todos los países europeos no hace falta ningún pacto o contrato” de integración, afirmó el ministro. >efe