gasteiz. El equipo de educadores y monitores del centro Zabaltzen, el servicio para menores extranjeros no acompañados sito en la sede gasteiztarra de Cruz Roja, ha denunciado por segunda vez en lo que va de año el “hacinamiento” de esta infraestructura. En febrero, estos trabajadores ya criticaron la situación de los chicos, puesto que varios tenían que dormir en el suelo ante la falta de camas. Este primer comunicado trajo cola y acabó con el anuncio de la Diputación de que el servicio se trasladaría, por fin, de forma definitiva a Molinuevo. La segunda nota, anunciada ayer, volverá a avivar una polémica que nunca llegó a apagarse. Los empleados exigen que se cierre el actual recinto y que se estudie otra alternativa, porque la de Molinuevo es “inadecuada y desaconsejable”.

El centro de Cruz Roja se abrió de forma provisional en junio de 2003 para acoger un máximo de 12 plazas. En la actualidad, según apuntan los trabajadores, sirve de techo a unos 36 menores. Seis de ellos duermen en el suelo. Los empleados, en cualquier caso, reconocen que en los últimos meses el ejecutivo foral ha habilitado una ducha más y ha instalado nuevas literas. Sin embargo, creen que estas actuaciones son “insuficientes”. Hasta el punto de que piden que se clausure la instalación.

Este anuncio llega en la misma semana en que el grupo juntero del PSE ratificó que apoyará que el centro se mantenga en Vitoria. Durante la etapa de gobierno de Ramón Rabanera, el PP defendió el traslado del recinto de Cruz Roja a la zona rural – primero se intentó en Nanclares y luego en Castillo Sopeña – , pero las Juntas presionaron para que el servicio siguiera en la capital. Después, tanto PNV como PSE han renovado esta apuesta. La suma de sus votos garantiza que la decisión del ejecutivo foral, de ubicar el recinto en la Fundación Molinuevo, seguirá hacia adelante. Sin embargo, esta decisión final no ha estado exenta de polémica.

la capacidad del recinto A la oposición del PP y la recogida de firmas contra la instalación de la Federación de Asociación de Vecinos (Fava) se suman ahora las críticas de los trabajadores. La situación, en realidad, no es nueva. Estos empleados, como ya adelantó este rotativo, habían mostrado sus dudas sobre la dimensión del recinto, puesto que se prevé una capacidad para 24 plazas que, en su opinión, es una cifra que choca con la efectividad de la intervención educativa. Es más, por estas dimensiones, los trabajadores confirmaron que los Salesianos, que durante cinco años han estado al frente de Zabaltzen, abandonarán “la próxima semana” la gestión.

Pero no es el único pero que ponen a Molinuevo. Los monitores también creen que su ubicación, en la calle San Ignacio del barrio de Coronación, no es la adecuada por su cercanía al Casco Viejo y al centro Cívico Aldabe, un entorno con un alto índice de inmigración – y con denuncias constantes que hablan de una “alta conflictividad” – al que los menores podrían tomar como referente en lugar de a los educadores.

Por estas razones, los empleados de Zabaltzen exigieron a la Diputación que cierre el centro de Cruz Roja y lo traslade “de forma inmediata” a otra ubicación.

en cruz roja

· 36 menores. En la actualidad, la sede de Cruz Roja – que se creó para albergar oficinas, puntualizaron los trabajadores a través de una nota – acoge a 36 menores, cuando fue pensada para albergar a 12.

· 6 duermen en el suelo. Pese a que la Diputación ha aumentado este año el número de literas, seis chicos duermen en el suelo por falta de camas y de espacio para colocarlas.

· Dos duchas. Zabaltzen cuenta con cuatro retretes – tres de ellos sin ventilación – y dos duchas. Cuando se acaba el agua caliente, se usan cubos y palanganas.

· Calor y frío. En verano, las temperaturas rozan los 40 grados. En invierno, dado que los techos son de policarbonato y hay paderes de pladur, se usan radiadores portátiles.