Berlusconi acusa a los medios de manipular sus palabras sobre la inmigración

El primer ministro italiano no rectifica sus palabras, sino que simplemente son su "opinión personal". La Liga Norte, su principal socio en el Gobierno, no entiende sus palabras y asegura que el Parlamento aprobará la ley

Público, , 05-06-2008

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, no deja de sorprender. Ayer, tras una reunión con su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, se refirió al proyecto de ley sobre inmigración que su consejo de ministros acaba de aprobar diciendo que “la inmigración ilegal no es un delito, sino un agravante”. Esto contradecía lo que su Ejecutivo aprobó en Nápoles hace apenas quince días y esa frase fue recogida por todos los medios presentes en Roma en la Cumbre de la FAO sobre seguridad alimentaria.

Hoy, tras el revuelo que se montó, ha venido a decir que los medios han manipulado sus palabras a “mala fe” y que lo que dijo ayer es sólo su “opinión personal”, que nada tiene que ver con algo parecido a que vaya a dar marcha atrás en materia de inmigración. “Sobre la inmigración no he dado ninguna marcha atrás. He expresado una opinión personal, que ya había mostrado en el Consejo de Ministros”.

Pese a lo que parezca, Il Cavaliere dijo esto por una cuestión práctica: el sistema italiano no está capacitado para juzgar y llevar a la cárcel a todos los inmigrantes ilegales que entren al país. “Esto supone tener muchísimos magistrados capaces de intervenir y otras tantas prisiones para alojarlos. Es una cosa que no se puede concretar”.

Lo peor de todo es cuando el primer ministro de un país piensa que un proyecto de ley que ha aprobado su Gobierno no es viable y no piensa rectificar. Ayer, tras reunirse con Sarkozy dijo lo siguiente: “Personalmente creo que no se puede perseguir a alguien por la permanencia irregular en nuestro país, condenándolo con una pena, pero esta puede ser un agravante si comete un delito”. Esto significa que a su proyecto de ley podrían quedarle unos retoques ya que en un principio establece que todo el que sea ilegal en su país puede ir a la cárcel de seis meses a cuatro años.

Dicho proyecto debe ser aprobado en el Parlamento y en el Senado e incluye otras medidas como que los sin papales sean juzgado por la vía rápida y que el juez cuando pronuncie la sentencia ordene la expulsión del extranjero.
Problemas con la Liga Norte

Sus palabras, además, fueron acogidas con esperanza por la oposición, mientras que su principal socio de Gobierno, la xenófoba Liga Norte no se lo tomó muy bien. Según ellos sería un “error considerar la clandestinidad tan sólo un agravante” y aseguraron que con esas palabras Berlusconi “traiciona” al electorado que le votó y que considera la seguridad ciudadana una prioridad.

“Uno como presidente del Gobierno no puede firmar un proyecto de ley que prevé una cosa y luego en la misma semana decir lo contrario. Es escandaloso que se tomen compromisos y luego se traicionen ", dijo hoy Francesco Speroni, mientras que el ministro de Interior, Roberto Maroni, del mismo partido, insistió en que mantendrán la norma.

Para quitar hierro al enfrentamiento, el líder de la Liga, Umberto Bossi, ministro para las Reformas, dijo que “está seguro” de que al final “encontraremos una línea”.

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