Madrid y París acercan paulatinamente sus posiciones en torno al proyecto de pacto europeo sobre inmigración y pretenden acordar un texto común para proponer a los países miembros de la UE que se haría público en Zaragoza, en el contexto de la cumbre franco – española del próximo 27 de junio. Así lo anunciaron ayer los secretarios de Estado para Asuntos Europeos de ambos países, Diego López Garrido y Jean – Pierre Jouyet, respectivamente, tras mantener una reunión de trabajo en París.

La música de fondo que ha sonado en los círculos gubernamentales franceses sobre la gestión del tema migratorio por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, intensamente crítica desde que se produjeron las regularizaciones masivas de 2005, se ha apagado de golpe. En evidente sintonía política – Jouyet es uno de los socialistas que aceptaron participar en el Gobierno de Nicolas Sarkozy – , los dos secretarios de Estado parecían ayer coincidir casi en todo.

Lo principal ya no son las expulsiones ni el cierre de las fronteras, sino la integración de los inmigrantes, indicaron tanto Jouyet como López Garrido. “Hemos comprendido cuáles eran los compromisos políticos de unos y otros”, dijo el francés, para reconocer a continuación las diferencias culturales y de percepción social que existen sobre este asunto entre un país como España, durante mucho tiempo cuna de emigrantes, y otro como Francia, al que llegaban los inmigrantes.

“Estamos seguros de que las diferencias que puedan existir en cuanto a redacciones de los textos van a ser superadas”, apuntó por su parte López Garrido, quien aseguró que el 27 de junio se habrá llegado a “una posición muy detallada” entre los dos países para poder ofrecerla a los Veintisiete, de modo que el Pacto para la Inmigración – uno de los principales objetivos de Sarkozy – pueda ser adoptado en el primer Consejo europeo de la presidencia francesa de la Unión, el próximo mes de octubre. El secretario de Estado español anunció que se iba a poner en contacto con el ministro francés de Inmigración, Brice Hortefeux.

Jouyet y López Garrido trataron también de otra de las grandes prioridades de Sarkozy para la presidencia francesa de la UE: el polémico proyecto de Unión para el Mediterráneo, que originalmente incluía a los países ribereños pero que ha debido cambiar de diseño por la presión de los miembros no meridionales de la UE, en especial Alemania, que no deseaban quedar al margen.