Suiza rechaza en referéndum el veto local a la concesión de nacionalidad

El País, RODRIGO CARRIZO COUTO, 02-06-2008

En medio de un contexto europeo cada vez más hostil hacia la inmigración extracomunitaria, Suiza dio la gran sorpresa ayer. Los suizos rechazaron en referéndum federal y por mayoría absoluta una iniciativa destinada a que los extranjeros sólo pudieran obtener la nacionalidad después de una votación de los habitantes de la localidad o el distrito en que residían, que darían o no el visto bueno al respecto. Los 26 cantones que conforman Suiza, con la excepción de Schwyz, se pronunciaron claramente por el no, con más de un 64% de los votos.

La iniciativa procede del partido de derecha nacionalista UDCSVP, agrupación política que se hizo célebre por sus agresivas campañas de tinte xenófobo, que le dieron una neta victoria en las legislativas de 2006, siendo entonces ministro del Interior Christoph Blocher. La propuesta fue criticada duramente por todo el espectro político dada su evidente arbitrariedad y la dificultad de su puesta en práctica, en particular en las grandes ciudades. Diversos observadores destacaron la virtual imposibilidad de que obtuviera el pasaporte suizo en votación popular un inmigrante cuyo nombre tuviera consonancias balcánicas o árabes.

Al menos 1,4 millones de suizos, el 46% del censo electoral, acudió a las urnas. Su voto respalda al Tribunal Federal, que en 2003 juzgó la práctica de la naturalización por votación vecinal, que se llevaba a cabo en el cantón de Schwyz, como “contraria a la Constitución y al Estado de derecho, discriminatoria y arbitraria”.

La oposición más virulenta a la iniciativa de la UDCSVP vino de la cosmopolita e internacional ciudad de Ginebra, con un 82,1%, seguido de los cantones de habla francesa de Neuchátel (82%), Vaud (81%) y Jura (80,2%). En la Suiza de habla alemana, el mayor índice de rechazo se obtuvo en la ciudad de Basilea, con el 71,5% de partidarios del no.

En 2007, obtuvieron el pasaporte suizo 47.000 extranjeros, mientras que un 20% vio rechazada su solicitud. Mientras tanto, el Partido Socialista hizo pública su intención de proponer que los inmigrantes de tercera generación obtengan la nacionalidad automáticamente.

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