Las autoridades sudafricanas comenzaron ayer a trasladar a campamentos organizados a algunos inmigrantes desde las comisarías y edificios públicos de Johannesburgo en los que se habían refugiado durante la reciente oleada de violencia xenófoba en Sudáfrica.

“Tres autobuses transportaron inmigrantes desde la comisaría de Rabie Ridge hasta el campo provisional de Contryview, en Midrand”, al norte de Johannesburgo, a primera hora de la tarde, declaró Thabo Masebe, portavoz de la provincia de Gauteng.

En total, el gobierno provincial prevé alojar a casi 10.000 personas por un periodo de seis a ocho semanas en 10 refugios en los alrededores de la capital económica de Sudáfrica, afirmó.

Los desplazados vivirán en tiendas de campaña con capacidad para cinco personas cada una y tendrán “acceso a cuartos de aseo, áreas de lavandería y cocina. Les suministraremos además atención médica básica”, agregó.

El 11 de mayo, en un barrio marginal de Johannesburgo empezaron unas agresiones contra los inmigrantes que acabaron propagándose a todas las provincias del país. En dos semanas de violencia murieron 62 personas y 670 resultaron heridas, según la Policía.

Decenas de miles de extranjeros – 35.000 según el Estado, 100.000 según las ONG – regresaron a sus países o se refugiaron en comisarías, iglesias o ayuntamientos.