Un joven se enfrenta a 13 años de cárcel por matar a otro de una cuchillada en el corazón

La víctima apareció sin vida en el rellano de un piso de Valenciay el acusado asegura en el juicio: "No me creo que esté muerto"

Las Provincias, J. A. MARRAHÍ, 31-05-2008

El 11 de agosto de 2006 un inmigrante nigeriano acabó sus días a los 25 años, lejos de su país, con un cuchillo clavado en el corazón. El escenario del brutal crimen fue un piso del camino de las Moreras, en el barrio valenciano de Nazaret. El único sospechoso de este homicidio es Osalador Odomore, un compatriota que proclamó su inocencia durante el juicio con tribunal popular que ayer dio comienzo en la Ciudad de la Justicia.

Para ello el presunto homicida usó varios argumentos. Dijo que estaba en otra habitación distinta a la del homicidio y que había consumido mucho alcohol. Pero lo más sorprendente es que, como asegura que no vio el cadáver de la víctima, dijo estar convencido de que no ha fallecido. “No me creo que esté muerto”, dijo en la sala de vistas. “Todavía hoy estoy sorprendido porque me hayan detenido. No sé por qué estoy en la cárcel”, añadió.

En su escrito de acusación, la fiscal sí lo tiene claro. Considera que Osalador acudió a la casa de la víctima para cobrarle una deuda y esto derivó en una pelea. “La discusión fue subiendo de tono hasta que el acusado cogió un cuchillo de cocina de la vivienda se lo clavó a la altura del corazón”, estima el acusador público.

La víctima, Mbaebie Godwin, quedó tendida en el rellano de la escalera. Entonces el acusado abandonó el domicilio y llegó hasta la calle, donde fue retenido por algunos vecinos hasta que se personó la policía y procedieron a su detención. Tras declarar ante el juez, ingresó en prisión. El fallecido era soltero. Sus padres residían en Nigeria y se desconoce si tenía hermanos.

La fiscal pide que cumpla una pena de 13 años de cárcel por un delito de homicidio y que indemnice a los herederos de Mbabie con 145.000 euros. El abogado que defiende a Osalador exige que sea absuelto, al entender que no participó en el crimen porque estaba borracho en otra habitación de la casa.

El nigeriano defendió su inocencia en inglés, con la ayuda de un traductor. En algunos momentos se mostró más alterado y respondió a las preguntas de la acusadora en un castellano confuso. “Era la segunda vez que estaba en la casa de Mbaebie. Él era mi amigo, pero allí había un gran problema y es que había muchas peleas”, dijo ante el jurado.


“Me llevaron a una habitación”

En un momento de su declaración en la sala admitió que llegó a pelear con su víctima. Durante ese enfrentamiento, dijo, alguien le dio un puñetazo en el ojo, “con lo que no veía bien”. Luego, mantuvo durante el juicio, “me llevaron a una habitación y me encerraron” durante una media hora.

Osalador aseguró que, al salir de la habitación, ya no vio a nadie en la casa y ni siquiera se tropezó con el cadáver en el rellano. “Vi algo de sangre, pero no sabía de dónde venía”, insistió sin que las esposas le impidieran gesticular airadamente para defender su inocencia.

Según su versión de lo ocurrido, cogió el ascensor y salió a la calle. Recuerda cómo al llegar a la calle estaban un amigo y la mujer de la víctima, que comenzaron a llamarle “asesino”. “Yo no podía entender por qué me decían eso, porque yo no había matado a nadie”. Llego a afirmar que en ese momento, una de las personas que estaban en el piso manchó de sangre su ropa. Al cabo de unos minutos llegó la policía hasta la casa y arrestó a Osalador.

La versión ofrecida por el acusado ante su abogado defensor fue mucho más escueta, pues el letrado le hizo muy pocas preguntas. “En la casa había varias personas. Bebimos mucho alcohol todos los que estábamos allí: vino, whisky y cerveza. Yo estaba borracho en una habitación y no cogí ningún cuchillo ni vi a Emika (nombre con el que también se conocía a la víctima)”, relató Osalador. “Cuando salí de la habitación ya no había nadie”, añadió.

También aseguró que uno de los amigos que estaban en el piso le sujetó “violentamente” en la calle, poco antes de que llegara la policía al lugar. El letrado del nigeriano considera que “intentan culpar” a su cliente.

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