| GÉNOVA, Italia

Dicen que gobierno debe ayudarlas a quedarse en el país y no botarlas con las nuevas leyes.

“En Italia ninguna ragazza (joven) de 20 a 30 años quiere trabajar en labores domésticas y menos asistir a un anciano enfermo, por eso es que estamos invadidos de inmigrantes”,  expresa Maura Rossini, genovesa de 72 años y “patrona” de Lupe, una badante (empleada) guayaquileña que trabaja con ella a tiempo completo.

Rossini destaca que muchas familias italianas se apoyan en los  extranjeros y considera que si el gobierno no les renueva el permiso de trabajo o  les retira el que ya tienen “estarían atentando contra nosotros”.

Ese es el temor que siente Lupe  y muchos  otros ecuatorianos que laboran en el servicio doméstico, pese a tener sus documentos en regla y estar “amparada” por su “viejita”, como cariñosamente llama a su jefa.

Adele Maiello dice que  tampoco es favorable el endurecimiento de las leyes migratorias decididas por el gobierno italiano.  Ella tiene una badante ecuatoriana y piensa que “no todos los inmigrantes son malos y que son personas que necesitan trabajar”. Ugo Aspe siente que la comunidad ecuatoriana está bien integrada en Italia “porque trabaja y sus hijos estudian”.

“Las autoridades deberían ayudarlos a quedarse en lugar de botarlos”, añade Rossini. Pronunciamientos como este  se escuchan diariamente a través de los medios de comunicación, en los mercados y plazas, luego de que el gobierno aprobara un paquete de leyes de seguridad que implica –entre otras cosas– la expulsión de los inmigrantes clandestinos.

Inclusive se dice que el gobierno  expediría un reglamento para ayudar a los indocumentados que trabajan ilegalmente en la asistencia de ancianos y colaboradoras domésticas, situación que favorecería a muchos ecuatorianos.

No existe una cifra oficial de ecuatorianos irregulares en Italia, aunque se estima que hasta el 2004 sumaban 15.000 solo en Génova, según la organización católica Cáritas. Datos del Instituto Nacional de Estadísticas (Istat) indican que a inicios del 2007 los ecuatorianos regulares en Italia eran 60.938.

La fuente revela que la presencia femenina supera  a la masculina y que labora en el ámbito doméstico (limpieza, cuidado de personas), mientras que los hombres lo hacen en   la construcción (albañiles) y una pequeña cantidad como  ayudantes de cocina.