Sarkozy quiere que la UE asuma sus planes de endurecer la política de inmigración Durante la presidencia europea impulsará el «contrato de integración» y la prohibición de las regulaciones masivas

ABC, 30-05-2008

REUTERS

Un grupo de subsaharianos, tras su llegada el pasado martes a la Playa del Vidrio, en Tenerife, después de una travesía en cayuco

ENRIQUE SERBETO CORRESPONSAL

BRUSELAS. La presidencia francesa de la Unión Europea empieza a tener un contorno más claro. El presidente Nicolas Sarkozy ha dejado claro que no son ambiciones lo que le faltan, pero de entre todas ellas, parece que las relaciones con los países del sur y sus pueblos, serán el eje central. El endurecimiento de las políticas de inmigración ha sido uno de los ejes del mensaje social de Sarkozy en Francia y va a serlo también en Europa.

Ayer se desveló un proyecto de «pacto por la inmigración» que Francia va a proponer a los demás países europeos, basado en la idea del «contrato de integración» de los inmigrantes que quieran establecerse en Europa. Una de las claves de la propuesta francesa será – y no debe extrañar después de lo que sucedió en España la pasada lagislatura – que todos los países se comprometan a renunciar a cualquier tipo de regularizaciones masivas de emigrantes en situación irregular.

El documento francés que ya circula entre los gobiernos de los Veintisiete reconoce que la UE no puede prescindir de los inmigrantes y que no hay ningún país que considere con realismo la posibilidad de cerrar las fronteras a los que desean venir a buscar un porvenir en Europa. Pero al mismo tiempo se dice que la Unión no está en condiciones de acoger a todos aquellos que puedan venir a vivir a Europa, pensando que se trata de un «eldorado».

Para empezar, Francia propone reforzar las fronteras exteriores, a través de medios tecnológicos, de manera que se generalizaría el uso de documentos biométricos a partir de 2011, reforzando la agencia europea FRONTEX, cuya actividad es todavía lánguida en su sede de Varsovia y carece de medios propios.

Sarkozy propone que sean los países receptores los que establezcan las cuotas y las características de los inmigrantes y no al revés. En cuanto a los que se encuentren ilegalmente, París se queja de que en la actualidad en Europa sólo se logra devolver a su país de origen a uno de cada tres inmigrantes en situación irregular cuya expulsión ha sido decretada por un juez. Por ello, propone presionar con «todos los instrumentos diplomáticos y comerciales» para inducir a los países afectados para que firmen acuerdos de readmisión. Hace más de un lustro que la UE decidió que estos acuerdos serían un elemento fundamental en sus relaciones con todos los países, pero sólo ha podido llevar a cabo esta política en casos muy lejanos o con un tráfico insignificante de inmigrantes. Por el contrario, Marruecos, que es un eslabón vital en este campo, sigue sin aceptar este tipo de acuerdo.

El fontanero polaco

Sarkozy ha estado en Polonia antes de filtrar este documento precisamente para buscar apoyos por parte de este país. Y antes de hacer el viaje a Varsovia había levantado las restricciones a la libre circulación de trabajadores que había establecido hace tres años para el ingreso de los primeros países del Este en la Unión. Para cuando Francia ha aceptado al famoso «fontanero polaco» ya se habían ido todos a Gran Bretaña, En Irlanda o Bélgica y ahora en Polonia se empieza a hacer rara la mano de obra, que tiene que venir desde Ucrania.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)