La UE todavía guarda el dinero en el calcetín

El Mundo, MARIA RAMIREZ. Corresponsal, 29-05-2008

Los europeos, sobre todo los inmigrantes, los ancianos y quienes tienen ingresos bajos, siguen guardando el dinero en el calcetín y no se atreven a pedir créditos o tarjetas: dos de cada 10 en los países más ricos y occidentales de la UE y casi la mitad en los del Este ni siquiera tienen cuenta corriente.


Según una encuesta de la Comisión Europea, en los 15 Estados viejos de la UE, tres de cada 10 adultos no disponen de una cuenta de ahorro y cuatro de cada 10 no piden tarjetas de crédito o préstamos. En los 10 miembros nuevos, la mayoría del Este, la mitad de la población adulta no emplea cuentas corrientes ni de ahorro y tres cuartos no utilizan líneas de crédito.


«La falta de acceso adecuado a los servicios financieros puede impedir que los ciudadanos participen plenamente en la sociedad, por ejemplo, no permitiendo que consigan un trabajo, al no poder recibir transferencias bancarias», aseguró ayer Vladimir Spidla, comisario de Asuntos Sociales, en la presentación del informe.


La mayoría de quienes no recurren a estos servicios son inmigrantes – en Francia, dos tercios de los extranjeros no se atreven a entrar en un banco para pedir un crédito o una tarjeta – , amas de casa, discapacitados o enfermos crónicos. Además, se concentran en aéreas de rentas bajas, donde los bancos tienden a no abrir oficinas o a no hacer suficiente publicidad.


España se encuentra entre los Estados donde las cuentas están más difundidas, con sólo un 8% de población «financieramente excluida». Sin embargo, el 25% de la población adulta no tiene cuenta de ahorro. En Europa occidental, los peores resultados son los de Italia, Irlanda, Portugal y Grecia, mientras en Luxemburgo casi la totalidad de la población tiene cuenta. Entre los orientales, los más desconfiados son los lituanos, los letones y los polacos.


La Comisión pidió a los gobiernos que intervengan con «más educación financiera» e insistió en que «la gente muy endeudada debe tener garantizado el acceso a los servicios bancarios básicos». Si los Estados siguen sin ocuparse del problema, el checo Spidla propondrá una regulación europea, a lo que se resiste el sector.


«Las competencias no deben mezclarse. Cualquier medida en el área de acceso a servicios financieros se debe tomar a nivel nacional», repetía ayer Giuseppe Zadra, presidente del lobby bancario EBIC.

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