«Europa debe crear medidas comunes de regularización»

Apunta que todos los países «tienen derecho a autoprotegerse» «Hemos pasado de generar emigrantes a recibir inmigrantes»

El Correo, MARÍA ÁNGELES CRESPO, 28-05-2008

España ha pasado en poco más de 30 años de ser un país de emigrantes, a convertirse en el lugar de recepción de inmigrantes. El fenómeno se ha producido de forma extrema; ha habido un cambio radical, pero eso no ha provocado situaciones traumáticas. Eso es lo que puso ayer de manifiesto el sociólogo Armando de Miguel, dentro del ciclo promovido por la fundación Cantera Burgos.
-El fenómeno está ahí y el número de inmigrantes va en aumento, ¿cree que hay que controlarlo más?
-El estado del bienestar no puede digerir la riada de inmigrantes. Si eso no se controla irá aumentado y eso no puede ser.
-¿Se precisan nuevas leyes?
-Hay que llegar a un sistema muy regulado, es decir, que nadie pueda entrar sin papeles; y el que entre sin ellos, fuera. Y el empresario que los contrate, multa. Si se hiciera así se arreglaba.
-Poder llegar a eso supondrá hacer variaciones, buscar posibles alternativas ¿no?
-Así es. Una de ellas podría ser que en los países donde hay gente que quisiera venir se apuntara en una lista abierta en el consulado de España. Y a partir de ahí se podría abrir el proceso para que llegaran aquí a trabajar. Yo creo que podrían rellenar unos formularios en los que expusieran sus méritos y dejaran claro si tienen o no antecedentes penales, o problemas sanitarios.
-Suena un poco duro.
-Puede, pero tiene que ser así porque el país receptor tiene que poder defenderse de los elementos que pueden ser perjudiciales para él. Aquí hasta ahora esto ha sido un coladero.
-En cualquier caso ¿este tipo de medidas podrían adoptarlas de modo individual los países?
-La situación debería cambiar en toda Europa, que tendrá que crear normas comunes sobre la regularización. Las medidas que se adopten tienen que ser de común acuerdo con otros países.
-¿Con una legislación más restrictiva se evitarían conflictos?
-Seguro, porque de ese modo no nos encontraríamos con un exceso de personas que no van a encontrar trabajo. Son gentes que vienen aquí porque aun así están mejor parados en España que en sus países. Y, aunque sea triste decirlo, algunos prefieren venirse aquí aunque sea a la cárcel.
Poco racismo
-El cambio en nuestro país ha sido enorme, ¿se ha asumido con normalidad?
-La llegada masiva de inmigrantes ha generado conflictos, pero menos que en Alemania, Austria u otros países europeos. Es evidente que donde hay razas hay racismo; es una ley universal. En España están más atenuados. Aquí, por ejemplo, no hay ningún partido xenófobo, ni de lejos.
-¿Hay alguna explicación?
-La primera es que el nuestro no ha sido nunca un país racista. La prueba está en la colonización americana. Aun con errores propios de la época, la española y también la portuguesa se hizo con mestizaje. Fue la característica ibérica.
-Y, de cara al futuro ¿cree que la situación económica podría aumentar la intensidad de los conflictos?
-Está claro que sí. Si hay problemas de paro, y la estructura de servicios que tenemos sigue siendo la misma, hay que repartir entre más. Eso siempre genera cierta tensión porque son los nativos los que han pagado impuestos durante mucho tiempo y los beneficios los reciben todos.
-¿Eso es un problema?
-Sí, pero todo es cuestión de balances. Para mí es positivo porque hay beneficios económicos. Quien viene lo que hace es producir.
-Evitar conflictos es tarea común, ¿el inmigrante se integra?
-El que viene soltero, sin lazos afectivos y se une a sus paisanos, no. Quienes vienen en familia, como ocurre con los hispanoamericanos, se integran muy bien.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)