MUNDO

Sudáfrica confiesa su vergüenza por la ola de ataques racistas

Los brotes de violencia provocan el éxodo de 100.000 inmigrantes, la mayoría de Mozambique y Zimbabue

El Correo, 28-05-2008

Unas 100.000 personas pueden haber abandonado sus hogares debido a los disturbios xenófobos, según informaciones del Centro para el Estudio de la Violencia y Reconciliación de Sudáfrica. Tras dos semanas de violencia, la ola de crímenes y saqueos ha causado 56 muertos, numerosos desplazamientos forzosos y el abandono del país de miles de inmigrantes. Jemini Pandya, portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones, también ha advertido de que el número de expulsados aumenta diariamente y «muchos carecen de alimentos, dinero o un lugar donde refugiarse».

El Centro Operativo Nacional de Emergencias de Mozambique ha asegurado que más de 27.000 nacionales han cruzado ya la frontera, muchos en autobuses fletados por el propio Gobierno, y la televisión pública local ha alertado de que otros 10.000 esperan para volver. La situación se repite con los zimbabuenses, principal objetivo de los ataques, y, a ese respecto, la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja habla de 25.000 retornos y otros varios miles que habrían buscado refugio en Zambia o Botswana.

El ministro de Seguridad sudafricano, Charles Nqakula, ha declarado que 650 personas habían resultado heridas en los incidentes y que los desplazados internos se cifraban en unos 30.000, agrupados en 48 recintos cerrados o al aire libre, aunque otras fuentes independientes ya hablan de 80.000. Nqakula también señaló que se habían producido 1.300 arrestos y se procedería a la formación de tribunales especiales para enfrentarse a estas circunstancias excepcionales.

En declaraciones posteriores, insistió en que la situación «estaba bajo control». Y añadió que no hay información clara acerca de las etnias de los que habían sido obligados a huir. El acoso no se ha circunscrito a mozambiqueños o zimbabuenses, principales contingentes de inmigrantes, sino que también ha afectado a viviendas y establecimientos comerciales de nigerianos, somalíes o ghaneses.

Situación «lamentable»

La cercanía y la pobreza han empujado a muchos mozambiqueños a buscar empleo en las minas y plantaciones del territorio vecino. Armando Guebuza, presidente de la antigua colonia portuguesa, visitó el lunes un centro de acogida en Maputo para recién llegados y calificó de «lamentable» la situación de las víctimas. «Nuestra actitud debe continuar; tenemos que mantener la calma y la solidaridad», señaló. Tradicionalmente, los mozambiqueños son empleados en las minas sudafricanas, las plantaciones comerciales o recurren a la economía informal.

Thabo Mbeki, máxima autoridad de Sudáfrica, se dirigió a la población por televisión para denunciar la violencia como una desgracia que ha mancillado el nombre del país y expuso que los ataques eran los peores hechos de inhumanidad que el Estado democrático había experimentado tras el final del ‘apartheid’. El presidente también encabezó la reunión de un equipo de trabajo gubernamental para discutir la crisis.

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