Sucesos

Los puntos negros del ocio nocturno

El Mundo, LUIGI BENEDICTO BORGES, 27-05-2008

El asesinato del joven Bruno S. O. junto a La Cubierta de Leganés en la madrugada del sábado ha vuelto a dirigir la atención hacia las zonas de copas más peligrosas de la región. Lugares donde las reyertas y los incidentes, algunos con víctimas mortales, son algo demasiado habitual Disparos, navajazos, ajustes de cuentas… Desde que La Cubierta de Leganés abrió sus puertas en julio de 1997, las denuncias de los vecinos y afectados por «la maraña» que atrae este centro de ocio de 12.000 metros se cuentan por decenas. Un asesinato a vuelto a ponerla en boca de todos. Y junto a ella vuelven a la palestra las zonas de marcha más conflictivas de la región, esos lugares de encuentro nocturno donde las amenazas, las peleas y los insultos están a la orden del día. Estos son algunos de los más destacados «puntos negros nocturnos» de la Comunidad de Madrid.


Costa Polvoranca


Esta zona de copas situada en un polígono industrial a las afueras del municipio de Alcorcón se ha convertido en un sinónimo de lugar tempestuoso, donde lo poco habitual es que alguien no acabe la noche enfrascado en algún tipo de pelea. Los visitantes habituales suelen decir que no es para tanto, pero los sucesos suelen quitarles la razón. En 1995 un joven de 20 años, Ricardo Rodríguez García, fue asesinado por un grupo de skinheads, que le asestaron una puñalada en el tórax, después de haberse cruzado con él y sus tres acompañantes, que también resultaron heridos al ser considerados «antifascistas» por sus agresores. Los hechos se produjeron frente al pub Puta Calle.


En 2002 tendría lugar el caso más conocido, el de Ndombele Augusto, un joven de 16 años y nacionalidad angoleña. Ndombele fue apuñalado con una navaja automática en el abdomen y en el hemitórax izquierdo. Era viernes noches y decenas de testigos presenciaron el suceso. La pelea comenzó como muchas otras: una discusión entre un chico y una chica a 200 metros de la discoteca Inn. El novio de la chica intervino entonces en la discusión, mientras que el chico recibió el apoyo de un amigo, que finalmente fue el que resultó muerto. El atacante fue identificado como José David Fuertes, de 24 años y portero ocasional de la discoteca. Dos años después, José David fue absuelto al no considerarse probada su autoría. El Tribunal Superior de Justicia declaró nulo el veredicto y ordena un nuevo juicio. El Supremo lo avaló y el ex portero fue declarado culpable.


La última muerte tuvo lugar el pasado 6 de enero. Tarek, un hombre de nacionalidad magrebí de 26 años fue asesinado al recibir tres puñaladas – en el corazón, la cara y el brazo – a la puerta de la discoteca Latino. La agresión se produjo poco antes de las siete de la mañana en la calle de Agrónomos, después de que la víctima protagonizara una pelea en el interior de la discoteca con un grupo de individuos dominicanos que se encontraban en el lugar, muy frecuentado habitualmente por personas de origen suramericano.


Zona de copas de Coslada


La calle de Uruguay, en Coslada, acumula todo tipo de denuncias y quejas por parte de los vecinos. Su cercanía con la zona donde se concentran los locales de alterne de la localidad han aumentado los problemas. Comas etílicos, ingesta masiva de pastillas y todo tipo de peleas entre jóvenes y cuasi adolescentes han protagonizado el amanecer de esta calle plagada de garitos. Asimismo, la reciente detención de varios policías municipales y del sheriff Ginés Jiménez Buendía han desempolvado toda una serie de desmanes en la que los protagonistas eran los propios agentes de la Ley.


Puente de los Americanos


En Torrejón de Ardoz, la conocida como zona del Puente de los Americanos ha pasado a convertirse en pocos años en un punto donde solo pasean al caer la noche los torrejoneros más heroicos. La creciente criminalidad está relacionada con el aumento poblacional que vive el municipio en la actualidad.


Otros puntos de la Comunidad


A mediados de la década de los noventa, el denominado «modelo Costa Polvoranca» tendió a exportarse por toda la Comunidad de Madrid. La idea de alejar los pubs de copas a zonas alejadas del centro urbano fue estudiada por varios ayuntamientos, aunque los empresarios de la noche optaron por concentrar sus negocios en lugares concretos, para desesperación de los vecinos a los que les tocaba la china. La colonia de la Princesa, en Móstoles; los alrededores del edificio Europa en Collado – Villalba y diversas zonas de Getafe o Parla son algunos ejemplos de este tipo de localizaciones donde los episodios de violencia nocturna son más habituales de lo normal.


Centro de Madrid


Azca es para la capital lo que Costa Polvoranca significa para la región. Hasta hace unos años, los bajos de esta zona, situada en el mismo centro de la ciudad, salían semana sí semana también en las noticias de sucesos. El narcotráfico entró en contacto con los pubs, y el ambiente no mejoró con la irrupción de las bandas latinas, que tomaron los bajos como lugar perfecto para citarse y medir sus fuerzas.


La alarma social obligó a las fuerzas de seguridad a redoblar los esfuerzos en la zona, que vivió una temporada de calma cuando las discotecas más problemáticas cerraron sus puertas, al tiempo que los controles policiales en la calle de Orense se multiplicaron gracias a la creación de una comisaría conjunta de la Policía Nacional y la Policía Municipal.


Mas la calma trajo la confianza. El número de agentes disminuyó y las bandas volvieron por sus fueros. Ramón Emilio León, un joven ecuatoriano de 25 años, fallecía en febrero de 2006 apuñalado en los bajos de Azca. Ramón se encontraba en situación ilegal en España, trabajaba como albañil y según sus allegados, fue atacado por un grupo afín a los Latin King, denominado AB King e integrado en su mayoría por dominicanos del distrito de Tetuán.


Mención especial también merecen los antaños populosos bajos de Argüelles y Moncloa, los alrededores de Malasaña y la Plaza del Dos de Mayo cuando se acercan las celebraciones que le dan nombre o algunos zonas relativamente tranquilas que viven episodios esporádicos (como el apuñalador de muslos que se cobró cinco víctimas en la Avenida de Brasil en 2006).

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