De contrato a compromiso, y de compromiso a cursillo. La apuesta del consejero de Inmigración, Rafael Blasco, de poner en marcha el contrato para inmigrantes que el PP incluyó entre sus propuestas electorales en las pasadas elecciones se ha quedado en “un programa de formación”.

Este programa será el plato fuerte del “compromiso individual de integración” al que se podrán adherir voluntariamente los extranjeros extracomunitarios “como manifestación de su interés por acelerar y potenciar su plena integración en la sociedad valenciana”, según el Informe sobre el anteproyecto de Ley de Integración de los Extranjeros en la Comunidad Valenciana elaborado por Inmigración al que ha tenido acceso este diario.

En este cursillo se les informará sobre “sus derechos y deberes básicos en la sociedad de acogida, la cultura y pautas sociales de convivencia, las implicaciones de la interculturalidad y los valores que adornan la convivencia en una sociedad democrática”. A su término se proporcionará a los alumnos “un certificado acreditativo”.

La contraprestación de la Administración consiste en “poner a disposición de los recién llegados los instrumentos necesarios para favorecer su integración”, aspecto al que, precisamente, se circunscriben las competencias en inmigración de las comunidades autónomas y, por lo tanto, de la Consejería de Inmigración, haya o no contrato de integración. Además, la Generalitat asume el compromiso de respetar la cultura de estas personas “siempre que se ajuste al marco democrático – constitucional”. El seguimiento de los cursos no tendrá efectos: “tanto los [inmigrantes] que lo realicen como los que no tendrán derecho a las mismas prestaciones sociales”.

Por otra parte, el Foro Alternativo, la Mesa d’Entitats de Solidaritat amb els Inmigrants y la Red Sahel para la Inmigración, las entidades de mayor trayectoria en la defensa de este colectivo, criticaron ayer el “cinismo” de la Consejería de Inmigración que el domingo aludió en duros términos a la “derrota” de estas entidades en la concentración que celebraron en contra del contrato de integración, a la que acudieron algo más de 150 personas en una tarde lluviosa. “Por un lado ofrecen diálogo y consenso, y por otro muestran este poco tacto”, indicó Luis Poveda, de la Red Sahel.