Tres muertos cuando intentaban alcanzar la costa de Gran Canaria en un cayuco cargado de menores

ABC, 26-05-2008

S. E.

LAS PALMAS. No salen de Senegal, pero siguen haciéndolo desde donde pueden. La muerte viajó de nuevo ayer en cayuco desde África a playas canarias. Tres inmigrantes subsaharianos perdieron la vida en el intento: uno pereció en el hospital donde había sido trasladado en estado muy grave. En la embarcación viajaban un total de 67 personas, incluidos 16 menores, según las primeras informaciones.

El cayuco fue avistado de madrugada, sobre las cinco y cuarto, por una embarcación de recreo y fue rescatado por Salvamento Marítimo cuando se encontraba a un kilómetro del sur de Maspalomas, en San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria). De las 67 personas que ocupaban el cayuco, dos ya estaban muertos cuando los efectivos de Salvamento Marítimo accedieron a la embarcación, mientras que otros cuatro fueron evacuados al Hospital Insular con graves síntomas de hipotermia y deshidratación.

Uno de ellos, que estaba bastante grave, murió al llegar al citado centro hospitalario. Los inmigrantes, entre los que al parecer viajaban 16 menores, son todos de origen subsahariano y fueron transbordados a la embarcación Salvamar Menkalinan, que los trasladó hasta el Puerto de Arguineguín, en el municipio de Mogán, donde fueron asistidos por Cruz Roja.

La portavoz del Gobierno canario, Carolina Déniz, expresó la solidaridad del Ejecutivo autonómico con los familiares de las víctimas y el deseo de que los otros ocupantes de la citada embarcación que todavía se encuentran hospitalizados en el Hospital Insular se recuperen lo antes posible.

Déniz señalo que esta nueva tragedia «constituye una incontestable invitación a que todas las instancias con competencias en esta materia multipliquen esfuerzos para acabar con este drama». En un comunicado, el Gobierno canario resaltó que «es imprescindible incrementar las políticas de cooperación al desarrollo y las acciones en los países de origen de la inmigración irregular, sin olvidar los medios materiales y humanos para mejorar el control de las aguas».

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