"Están derrotados. Dicen que 4 gatos en la concentración"

El País, N. CABALLER, 26-05-2008

El interés de la Consejería de Inmigración y Ciudadanía por controlar todo lo que sucede alrededor de su proyecto de Contrato de Integración para inmigrantes es absoluto.

El interés de la Consejería de Inmigración y Ciudadanía por controlar todo lo que sucede alrededor de su proyecto de Contrato de Integración para inmigrantes es absoluto. Ayer las plataformas más críticas con la iniciativa del consejero Rafael Blasco habían convocado un acto de protesta en la plaza de Manuel de Granero de la ciudad de Valencia para manifestar su desacuerdo. El mal tiempo redujo la asistencia a algo más de 150 personas. Un pinchazo que llenó de satisfacción a los responsables de comunicación de la consejería, uno de los cuales envió vía sms dos mensajes en los que no podía disimular su alegría.

El primero, recibido a las 13.47 de ayer, decía: “M dicen k 4 gatos en la conc con pancartas alusivas al gob d España contra las deportaciones. Mientras aumenta numero entidades que apoya consell”. En la concentración no hubo ninguna pancarta alusiva al Gobierno de España, aunque sí críticas a la política de inmigración de la Unión Europea. En el segundo, remitido a las 15.33, se valoraba la convocatoria en términos bélicos: “Stan derrotados. EP [Europa Press]: Más de 300 personas (50m dice gente k ha ido, todo un éxito ya k hay 732.000 extranjeros) se concentran en Valencia para rechazar el contrato de inmigración”.

El lenguaje de los mensajes contrasta con la invitación del consejero a las entidades convocantes del acto. Rafael Blasco pidió ayer al Foro Alternativo, Taula d’Entitats y a la Red de Acogida Sahel a que se sumaran al Compromiso – el término contrato ha desaparecido del lenguaje de la consejería – y que participaran en el “amplio consenso” al que, según dio a conocer ayer su departamento, se han sumado más de 50 colectivos. La consejería insiste en que el Compromiso favorece la integración.Siaka Kubilha atravesó el desierto subsahariano a pie para llegar a tierras valencianas. Y cuando alcanzó su sueño de llegar y trabajar se pasó “dos años durmiendo bajo el río”. En estos momentos, asume que está “perfectamente integrado, sin necesidad de ningún contrato”. Como él, algo más de 150 personas – 300, según los organizadores – en su mayoría latinoamericanos, subsaharianos y marroquíes se concentraron ayer pese a la lluvia, en el parque Manuel Granero de Valencia, en el barrio de Russafa, para leer un Manifiesto de rechazo del contrato de integración de inmigrantes que impulsa la Generalitat.

Refugiados bajo una carpa, vecinos e inmigrantes, en su mayoría sin papeles, guardaron un minuto de silencio “en recuerdo y solidaridad con las víctimas que se han perdido todos estos años intentando llegar para que su vida fuera un poco mejor”, recordó Luis Poveda, de CC OO, que actuó de portavoz de Taula d’Entitats de Solidaritat amb els Inmigrants, el Foro Alternativo de la Inmigración y la Red Sahel para la Inmigración. Tres plataformas que rechazan la medida y que han iniciado una “campaña de recogida de firmas para pedir la retirada del Contrato de Integración y exigir al consejero Blasco que cumpla con su obligación de garantizar la educación, la sanidad y los servicios, sin exigir un contrato”.

“Manifestamos nuestro enérgico rechazo hacia estas políticas de exclusión social que la Consejería de Inmigración intenta a través de la futura Ley de Integración de Inmigrantes”, reza parte del manifiesto leído por el joven subsahariano que cruzó el desierto. “La política que pretende seguir el Gobierno valenciano, fomenta la xenofobia, la discriminación y la criminalización del colectivo”, terció Poveda. “Porque el cumplimiento de la ley es exigible a cualquier ciudadano, y no es negociable con ninguna firma ni ningún contrato, si verdaderamente estamos en un Estado de derecho”, censuró Siaka.

“La petición al Gobierno valenciano para que promueva una verdadera política de inmigración y deje de estigmatizar a los inmigrantes”, llegó con el sonido de fondo de varias sirenas de policía y bomberos que acudieron a sofocar un pequeño incendio en una calle paralela. Pero el “miedo” en el cuerpo de dos senegaleses recién llegados era más visible que su corpulencia.

Por su parte, Julia, una boliviana que reside “legalmente” en Valencia, denunció a voz en grito “la degradación y el trato cruel que se da en los Centros de Internamientos para Extranjeros que hay en Europa” y pidió el “cierre del de la calle de Zapadores, donde hay más de un centenar de inmigrantes retenidos”.

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