PRESIDENTE DE LA UNIÓN ROMANÍ JUAN DE DIOS RAMÍREZ-HEREDIA

«El gitano no es más machista que el payo»

Ex diputado en el Congreso y en el Parlamento Europeo, es la primera persona de raza gitana en la historia investida doctor 'honoris causa'

El Correo, 25-05-2008

Nació en Puerto Real, Cádiz, el 29 de junio de 1942.

Es abogado, licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, doctor en Ciencias de la Información por la misma universidad y maestro , actividad que desarrolló en Cádiz.

Milita en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y en el Partido Socialista Europeo (PSE). En 1977, con 35 años, fue elegido diputado (el primero de la historia de España perteneciente a la comunidad gitana) en las listas de la UCD por Barcelona.

Luego se presentó por el PSOE en Almería y en las listas para las elecciones europeas. Ha sido europarlamentario de 1986 a 1999.

- ¿Cómo era su primera escuela, su primer maestro?

- Comencé mi discurso en la Universidad de Cádiz con un recuerdo a mi madre gitana, a aquella mujer analfabeta que me obligó a ir a la escuela para que se me abriera el futuro. Y, efectivamente, fui a la escuela de los Hermanos de la Doctrina Cristiana, unos frailes que llevaban un babero blanco por encima de la sotana, y de los que tengo un recuerdo muy bonito. Luego estudié con los Salesianos Formación Profesional. Me ayudaron mucho a modelar mi manera de ser. Cuando tenía 14 ó 15 años, el superior, don Antonio Sardón, me llamaba para que oyera el parte, las noticias de Radio Nacional, y al terminar me decía: «No te creas nada».

Juan de Dios Ramírez Heredia tenía currículum para que la Universidad de Cádiz le nombrara doctor ‘honoris causa’, cosa que hizo hace un par de meses. Después de terminar una maestría industrial en los Salesianos, estudió Magisterio, Derecho, Periodismo y se doctoró en Ciencias de la Información. Actual presidente de la Unión Romaní, organización que defiende los derechos de los gitanos, es el primer miembro de esta raza – o pueblo, como a él gusta decir – que recibe este reconomiciento académico.

- ¿Tenía en esas clases algún compañero gitano?

- No. He nacido y vivido en Puerto Real, y cuando yo niño era una pequeña localidad con sólo tres familias gitanas, así que era el único en las aulas por las que iba pasando.

- ¿Se sintió discriminado?

- En ningún momento. Quizá porque no tuve conciencia de ser gitano hasta los veinte años, cuando Pedro Closa, un jesuita hoy enterrado en el cementerio que tenemos en Granada, me dijo que no podía quedarme para mí todo lo que sabía. Tenía que compartirlo con mis hermanos, que lo estaban pasando muy mal.

- ¿Lo pasó usted mal cuando vivía con su familia?

- Mira, a mí nadie me tiene que enseñar qué es el hambre o el frío. He pedido por la calle durante muchos años de mi vida, como hoy lo hacen esos gitanillos rumanos, y en mi casa muchas veces nos hemos acostado sin cenar y sin una manta para taparnos.

Analfabetismo

- ¿Por qué no tenía esa conciencia de ser gitano?

- Por que la situación en Andalucía es muy distinta a la del resto de España. Allí se ha producido una simbiosis entre la manera de ser andaluza y la nuestra. Nadie puede poner en duda la presencia de la cultura cristiana y árabe, ni tampoco el elemento histórico de la judía. ¿Y la cultura gitana? Quítasela a Andalucía y a ver qué te queda. La mitad de los gitanos españoles vive allí.

- Usted ha tenido una educación privilegiada, que poco tiene que ver con la del resto de su pueblo.

- La evolución de los gitanos siempre hay que mirarla con perspectiva histórica. Para nosotros, antes de 1977, sólo había oscuridad, porque antes de la Constitución no éramos ciudadanos españoles de pleno derecho. Ese año, el índice de analfabetismo de la población gitana era del 80%. Vamos, ni en Ruanda Burundi. Han pasado los años y hoy todos los niños tienen una plaza escolar, cosa que entonces no era así. Ahora estamos en el 40%. Sigue siendo mucho. Pero esto no se cura de la noche a la mañana. Dentro de 10 años esperamos bajar al 15%, y cuando hayan pasado quince años más rondaremos el 1% ó 2%.

- ¿Puede ser que los gitanos no valoren del todo el alcance de la educación?

- No te voy a negar que la pelota está en el tejado de los gitanos, porque hoy todos podemos ir a la escuela. Lo que hoy padece nuestro pueblo es un lamentable índice de absentismo escolar. Por eso las asociaciones gitanas estamos intentando reparar esa situación, para que tomemos conciencia de que sólo algo tan fundamental como la educación y la cultura hace libres a los pueblos. Aquellos que no tienen esa base están condenados a ser esclavos. Si un ángel bajara ahora del cielo y me ofreciera solucionar uno de los muchos problemas que tenemos los gitanos, solucionaría el de la educación.

- La primera carrera que estudió fue Magisterio.

- Sí, y ejercí de maestro tres años en Cádiz, pero no llegué a presentarme a oposiciones. Renova ba el contrato cada curso. Tenía 20 años y quería irme a Barcelona, como muchos jóvenes andaluces, porque no te olvides que estábamos en pleno franquismo. Pensábamos que en Cataluña había una libertad inexistente en otras partes y unas oportunidades culturales que ansiábamos mucho. Así que me vine a la ciudad en la que todavía vivo.

- ¿Y qué se encontró en Barcelona?

- Empecé a trabajar en Radio Nacional, haciendo un programa de flamenco porque era de lo único que yo sabía un poco. Tengo muchos artistas en mi familia. La Paquera de Jerez era mi tía; Pansequito es mi tío; y El Chocolate, mi primo. Al medio año de entrar en la emisora tenía un espacio diario de media hora, que duró nada menos que diez años. Ahí comenzó mi popularidad, sobre todo entre el millón y pico de andaluces que vivían en Cataluña. Hoy todavía los taxistas mayores me reconocen por mi voz.

- Ahora que se habla tanto de la igualdad, ¿cuál es la situación de las mujeres gitanas?

- El número de mujeres gitanas que estudian en la universidad casi triplica al de hombres. Frente a la acusación de gitano machista que no deja que las mujeres no vayan a ningún sitio, ahí está ese dato. Nosotros no tenemos a las mujeres atadas con una cadena. No somos más machistas que los payos.

- Pero la entrada en la universidad habrá sido una conquista de las propias mujeres gitanas.

- Sin duda, lo mismo que en el caso de los payos. A ver si ahora nos vamos a creer que la mujer paya tiene toda la libertad que se merece, y que la tiene precisamente por el hombre.

- ¿Fantaseamos demasiado con los gitanos?

- Sí, sin duda. Pero quiero decir una cosa a las personas de mi pueblo que me pueden estar leyendo: si queremos que la cultura gitana no desaparezca, o la ponemos en manos de las mujeres o nuestro futuro será más que incierto.

La tía Camino

- ¿No es la cultura gitana tradicional la que, como otros valores tradicionales, ha relegado a las mujeres?

- Eso hay que matizarlo. Muchas veces pienso en que quizá, en los orígenes, el pueblo gitano fuera un matriarcado, porque el papel de la mujer dentro de la familia gitana es absolutamente preponderante. Las mujeres son las que mandan. Recuerdo o estoy viendo ahora mismo a una gitana navarra, la tía Camino, con una falda negra plisada y un collar deslumbrante. Cuando ella hablaba, no había hombre que levantara la voz.

- ¿Por qué no se ven funcionarios gitanos? ¿Está su pueblo condenado a trabajar en los mercadillos?

- No te olvides de lo que te he dicho antes: que aún tenemos un 40% de analfabetos. Me vuelves a hacer esa pregunta dentro de veinte años y hablamos. Cuando todos hayamos tenido una buena educación, y cuando ya no nos discriminen, entonces nos podrás ver en la ventanilla de un banco, o como científicos o alcaldes.

- ¿Y hasta entonces?

- Tenemos gente que trabaja en el campo, en la construcción, como anticuarios y también en el mundo del espectáculo, como cantantes, músicos, bailaores, etc. Pero entre el 65% y el 70% de los gitanos se gana la vida en el mercadillo, que ahora está muy mal porque hay mucha competencia. Antes sólo vendíamos los gitanos, ahora está toda la inmigración.

La corbata negra

- Y no hay para todos.

- Hace poco fui a la provincia de Huelva a ejercer como abogado en una causa contra unos racistas que protagonizaron un acto vandálico, en el que por cierto estaba involucrado el alcalde. Llevé mi toga, pero se me olvidó la corbata negra, y era de noche cuando me di cuenta. Se lo dije a la gente del hotel y me recomendaron que fuera a una tienda de chinos. «¿Un domingo y a esas horas?», les pregunté. Fui y la compré por un euro. Me la puse al día siguiente la corbata y nadie me dijo nada. No era de seda, pero valía para aquella ocasión ¿Qué gitano puede vender calcetines, calzoncillos o bragas, con perdón, con un mínimo de ganancia, cuando tiene que competir con ellos?

- ¿Qué ha sido de la droga, especialmente de la heroína, la lacra marcó a los gitanos desde los años 80?

- Gracias a Dios, este ya no es nuestro principal problema. Han sido muchos los jóvenes que han dejado la vida, y muchas familias que han sido destruidas por la droga. Es un tema del que no me gusta hablar. Los gitanos saben que pueden pedirme ayuda siempre, tengan o no razón en lo que me vienen a pedir. Ahora bien, con la droga no puedo. Lo que no han hecho las pragmáticas, las leyes en nuestra contra y el genocidio nazi, es decir, exterminarnos, lo ha intentó hacer la droga. Pero en fin, chico, vamos por buen camino.

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