Éxodo masivo de inmigrantes en Suráfrica por la ola xenófoba

ABC, 23-05-2008

REUTERS

Varios inmigrantes esperan su repatriación en el asentamiento surafricano de Reiger Park

El número de inmigrantes supera los cinco millones, la mayoría de ellos de Zimbabue y Mozambique

PAULA ROSAS CORRESPONSAL

EL CAIRO. Largas colas de inmigrantes aguardaban ayer en las estaciones de autobús de Johannesburgo un billete para abandonar el país. Con poco más equipaje que lo puesto, miles de personas han iniciado un largo éxodo de vuelta a sus países de origen tras el estallido de violencia xenófoba que se inició en Suráfrica el pasado 11 de mayo y en el que han muerto por ahora 42 personas y 28.000 han perdido sus hogares.

Según las autoridades mozambiqueñas, 10.000 personas han regresado a este país vecino huyendo de los salvajes ataques en autobuses fletados por el gobierno de Maputo, y se espera que sean muchos más los que crucen la frontera en los próximos días, recoge la agencia Reuters.

Desde la mañana de ayer el Ejército opera junto a la Policía para contener y apresar a las turbas de violentos, tras aprobar el ejecutivo de Thabo Mbeki el pasado miércoles una medida de urgencia para el despliegue de las fuerzas armadas.

La revuelta estalló a principios de la semana pasada en los barrios más pobres de Johannesburgo, la mayor ciudad del país y donde se concentra un mayor número de inmigrantes, principalmente de Zimbabue y Mozambique. Desde entonces, masas incontroladas de personas han perseguido y apaleado a cientos de extranjeros y han saqueado o incendiado sus viviendas y los comercios que regentan.

Los brutales asesinatos que han tenido lugar estos días recuerdan a las más inenarrables prácticas de la época del apartheid, como la denominada el «collar», en la que se coloca un neumático lleno de gasolina alrededor del cuello de una persona y se le prende fuego.

Una alta tasa de desempleo

Se estima que la tasa de desempleo en Suráfrica ronda el 40 por ciento, y su población inmigrante supera los cinco millones de personas (de un total de 50). Los extranjeros, la mayoría de ellos ilegales, están dispuestos a trabajar por salarios mucho más bajos que la población local, por lo que se han convertido en centro de las iras de los descontrolados, que los acusan además de las altas tasas de delincuencia que sufre el país.

El conflicto se ha extendido en los últimos dos días más allá de la región de Gauteng, donde se encuentra Johannesburgo y la capital administrativa de Sudáfrica, Pretoria, hasta Durban, en la costa oriental. Miles de personas se han refugiado en comisarías y en edificios públicos o en campamentos de refugiados instalados por organizaciones humanitarias para huir de la violencia.

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