El Ejército actúa contra los violentos, en medio del éxodo de 10.000 mozambiqueños

Varios miles de inmigrantes africanos han regresado a sus países de origen desde Sudáfrica para escapar de la violencia xenófoba que asola desde hace once días los barrios marginales de Johannesburgo.

«Un total de 10.047 mozambiqueños regresaron a su país en buses proporcionados por el Gobierno, y es probable que el número aumente en los próximos días», dijo el subdirector de Inmigración de Mozambique, Leonardo Boby, en Maputo.

También muchos zimbabuenses, los otros extranjeros sobre los que está recayendo la ira de los sudafricanos, están regresando a su país, prefiriendo enfrentarse a la violencia y el hambre que reina en el país, regido por Robert Mugabe, que permanecer en Sudáfrica. Además, el Gobierno de Kenia anunció que está dispuesto a evacuar a los conciudadanos amenazados.

Otros 16.000 extranjeros han abandonado sus hogares y se amontonan en los improvisados campos instalados por el Gobierno del presidente Thabo Mbeki.

El éxodo coincide con el primer día de despliegue del Ejército en un esfuerzo por atajar los ataques xenófobos en los barrios, que ya se han cobrado más de 42 vidas. Los soldados apoyaron a la policía en redadas durante la madrugada de ayer en tres hostales en Johannesburgo, donde fueron detenidas 28 personas y se incautó droga y armas.

Helicópteros de la fuerza aérea patrullaron el vecindario de Alexandra, uno de los puntos calientes de la violencia.

En la provincia oriental de Mpumalanga, un mozambiqueño fue asesinado a tiros, dos autobuses fueron incendiados y varios comercios regentados por somalíes fueron saqueados.