El ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, declaró ayer que el Gobierno no aceptará las «presiones inadecuadas» sobre el decreto de seguridad ciudadana que proceden de algunos países de la UE.

Además, anunció la creación de más centros de permanencia temporal para los inmigrantes clandestinos, que pasarán de ser diez a uno en cada región.

Ante las críticas de que con las nuevas medidas todos los clandestinos irán a la cárcel, Maroni replicó que lo que piensan los ciudadanos, que apoyan en su mayoría el decreto, es lo único que le importa.