Pensar en la segregación a la hora de ubicar un nuevo centro o abrir nuevas líneas.

Garantizar la gratuidad y condiciones de calidad en el conjunto de centros sufragados con fondos públicos.

Apostar por modelos de zonificación que favorezcan la heterogeneidad en la composición social de los centros.

Impulsar el contrato programa como mecanismo para luchar contra la segregación. El concierto es insuficiente.

Utilizar las reducciones o ampliaciones de ratios o de grupos con criterios de equidad.

Compromiso político sobre el control de las irregularidades en el proceso de admisión de alumnos.

Incorporar medidas específicas en el decreto de admisión de alumnos; alargar la reserva de plazas una vez acaba el proceso de inscripción y optimizar el sistema de información sobre vacantes y bajas durante el curso.

Establecer un máximo de alumnos con necesidades educativas específicas por centro.