Milán, Roma y Nápoles tendrán comisarios para los gitanos, que el 68% de italianos preferiría expulsar

Racismo y Camorra

La Vanguardia, , 16-05-2008

MARÍA-PAZ LÓPEZ – Roma. Corresponsal
Cuando esta semana una adolescente gitana rumana fue sorprendida en Nápoles llevándose a un bebé, que su madre logró arrebatarle in extremis, la cólera de los vecinos degeneró hacia la quema de barracas que los gitanos, viéndoselas venir, habían ya abandonado horas antes. Ocurrió en el barrio de Ponticelli, donde la enfurecida población autóctona cubría de insultos a los gitanos – “sucios y apestosos que no se lavan”, “ladrones de niños”, “que se vayan o los echaremos a patadas”-, al tiempo que abucheaba a los bomberos que acudieron a apagar los fuegos.

La policía considera que esos incendios son una “estrategia preventiva” para que los gitanos no regresen a vivir a esos mismos campamentos cuando la oleada de ira haya amainado. Se calcula que en Nápoles viven unos 2.400 gitanos. La represalia ilustra la creciente aversión en Italia contra los gitanos, que son unos 140.000, de los cuales 42.000 son rom procedentes de Rumanía.

Un sondeo del instituto IPR Marketing indica que los italianos les temen más que a los inmigrantes extracomunitarios: el 60% dijo sentirse preocupado por la presencia de gitanos – asociados a la delincuencia-, mientras que sólo el 47% dijo eso de los extracomunitarios. La mayoría de los encuestados se inclina por soluciones drásticas, es decir, desmantelar los campamentos y expulsar de Italia a los rom (68%), mientras que muchos menos apuestan por las políticas de integración social (27%).

Por lo pronto, el ministro del Interior, Roberto Maroni, hizo saber ayer que habrá tres comisarios extraordinarios para los gitanos: el ya anunciado para Milán, otro para Roma y un tercero para Nápoles. El alcalde de Roma, Gianni Alemanno, de Alianza Nacional, aplaudió inmediatamente la decisión, y arguyó que ahora “no se puede hablar ya de una presencia histórica de gitanos ambulantes en Italia, sino de una invasión”. Desde Lima, donde se halla en viaje oficial, el ministro de Exteriores, Franco Frattini, anunció que Italia pedirá fondos a la UE para programas de integración de los gitanos “como España, que ha obtenido 60 millones de euros en los últimos cinco años”. En caso de repatriación, los rom rumanos no tendrían grandes esperanzas, pues también en su patria, Rumanía, sufren discriminación.

Desolada, la madre del bebé que se salvó del secuestro, ha llamado en seguida al cese de unos episodios que un consejero provincial, Guglielmo Allodi, vincula también a la Camorra, la mafia napolitana, “que ocupa desde hace años una parte de ese territorio con sus negocios ilícitos”. Según analistas locales, algunos chavales que blandían cócteles molotov contra campamentos de gitanos buscan así que los capos camorristas reparen en su valentía y los recluten.

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